En cuanto al olfato, nadie cuestiona en que las aves lo tienen delicioso, especialmente aquellas que se sostienen de substancias animales; como por poner un ejemplo los buitres, a quienes se ve llegar de recónditos sitios a quienes se ve llegar de recónditos lugares a un campo de batalla pasadas ciertas horas del combate. El órgano del oído es también menos complicado en las aves que en los mamíferos; carecen absolutamente de pabellón o concha de la oreja, consistiendo su oído externo en una fácil abertura, no saliente, y cubierta de plumas particulares. El conducto auditivo es un fácil tubo membranoso; la cadena de los huesecillos radica en un solo hueso, el que establece comunicación entre la membrana del tímpano y la ventana oval; finalmente, en el oído de adentro el caracol está muy poco desenvuelto. En las aves los miembros superiores, no están destinados al tacto, a la prensión o a caminar, sino son órganos de traslación y forman los fenomenales remos a que se ha dado el nombre de alas. Estas se componen de penas, o plumas recias y fijas por la base en el brazo, el antebrazo y la mano, la cual, en vez de dividirse en dedos que perjudicarían a la solidez del ala, solo presenta de estos unos rudimentos, y además de esto se encuentra poquísimo desenvuelta.
Las mandíbulas están cubiertas de una substancia córnea, lo cual hace los bordes tajantes, en cuyo estado constituyen el pico. Estas láminas córneas hacen las veces de dientes, y hasta en algunos casos están erizadas de asperezas en forma de dientes, destinadas a retener la presa, pero no a mascar alimentos. La arteria aorta, que nace del ventrículo izquierdo del corazón, hace un cayado, si bien en contraste a los mamíferos, dobla hacia la derecha y no a la izquierda.
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Circulación De La Sangre En Las Aves
La semana pasada me ocupé de los sistemas circulatorios, y singularmente de la circulación general humana. No hay necesidad de decir que si después de este primer esfuerzo, las alas permanecen inmóviles, derrotada la gravitación durante un momento, recobrará su predominio y el ave va a caer al suelo, lo mismo que vemos en un animal cualquiera después que dió un salto. La mayor parte de las aves tienen precisamente 175 músculos, primordialmente controlando las alas, la piel, y las piernas. Las aves presentan el hígado y páncreas como glándulas anejas al intestino delgado, así como nosotros.
Si bien el aire es un fluido poco denso y resistente, con facilidad se interpreta que golpeándolo de manera rápida con una superficie ancha y sólida, al paso que cederá a esa superficie, le opondrá cierta resistencia; la cual será tanto mayor, cuanto el movimiento de la superficie haya sido mucho más próximamente. El corazón de las aves muestra 4 cámaras (2 aurículas y 2 ventrículos) que son absolutamente independientes; y sus glóbulos colorados son nucleados (presentan núcleo) y ovales, en contraste a los mamíferos. En otros experimentos se valoraron temperaturas intravasculares en los pies del fulmar antártico gigante, Macronectes giganteus, durante diferentes estimulaciones térmicas. La inmersión en hielo de los pies, de la misma una experiencia del ave en su ámbito natural, produce un aumento inmediato en el flujo sanguíneo, seguido por vasoconstricción y posteriormente por vasodilatación periódica. El incremento inicial del fluído sanguíneo fue acompañado por incrementos en la temperatura de la sangre arterial y venosa.
Sistema Circulatorio, Digestivo Y Muscular De Las Aves
Resulta asimismo que el ave, que es siempre présbita, supuesto que desde grande altura divisa objetos pequeños, se vuelve a su intención miope en el momento en que al abalanzarse a su presa tiene necesidad de distinguirla bien conforme a ella se aproxima. Al final, como complemento de esta extraordinaria organización, la naturaleza ha provisto a las aves, a más de los dos párpados, de otro, situado en el ángulo de adentro del ojo, que puede contemplar la córnea a modo de una cortina y proteger la vista de una luz sobrado intensa. Daremos ciertos pormenores relativos a la estructura interior de las aves, y de forma especial a los admirables instrumentos que emplea para nadar en las diferentes capas del océano gaseoso, en cuyo fondo están condenados a permanecer la mayor parte de los mamíferos.
Por la aorta se distribuye toda la sangre a las arterias, y de estas, a todo el cuerpo por los capilares, conduciendo el oxígeno en los eritrocitos con el objetivo de distribuirlo a todos y cada uno de los tejidos del ave. El corazón de los mamíferos tiene dos tipos de contracciones el llamado sístole que es el más intenso y que envía la sangre al sistema y a los pulmones, dígase cuando se contraen los ventrículos. El segundo es el llamado diástole que es en el momento en que se contraen las aurículas, que succiona la sangre del sistema y los pulmones y presuriza al ventrículo. Las contracciones de sístole y diástole ocurren para los dos ventrículos y aurículas al tiempo con lo que primero se contrae la parte inferior del corazón y después la superior.
Y por último tenemos los corazones musculares camerales, que son los más conocidos. Consisten en cámaras provistas de una musculatura concreta que al contraerse desplaza el líquido contenido en su interior. Son, normalmente, las bombas de impulsión primordiales en todos y cada uno de los vertebrados y muchos artrópodos y moluscos.
Consiste este fenómeno en que los músculos flexores de los dedos pasan por encima de las articulaciones de la rodilla y del talón; y en el momento en que estas, fatigadas por el peso del cuerpo, se doblan, tiran de los tendones de tales músculos, y por consecuencia aumenta la flexión de los dedos, y a proporción la fuerza con que estrechan la rama que sostiene al animal. El ave mucho más a menudo se posa en los árboles que en el suelo, y de forma fácil se ve la razón recordando las condiciones del vuelo, una de las cuales es que al ofrecer el primer aletazo encuentre bastante aire inferior que le resista y también impela en sentido contrario. Por esto los pajaritos para tomar el vuelo desde el suelo comienzan por ofrecer algunos saltos; y las considerables aves difícilmente toman el vuelo, como no sea desde un árbol o de una altura alguno, y aún sus primeros movimientos son pesados, no adquiriendo el vuelo toda su velocidad y agilidad hasta que el ave tiene bajo sí una regular coluna de aire. ¿Qué debe ya que realizar el ave para trasladarse de un punto a otro en el espacio?
