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Se habrían desarrollado músculos poderosos para anclar estas extremidades, que habrían reaccionado sobre el esternón. Todo esto en grupo habría facilitado el origen de una tasa metabólica acelerada, dando como resultado el estado de sangre caliente conocido de las aves modernas. Este desarrollo habría ocurrido adjuntado con la ampliación del cerebro, que se requiere para coordinar y supervisar estas especificaciones refinadas. Mientras que la conexión dinosaurio-pájaro se perseguía en la paleontología, el inconveniente de la evolución del vuelo también estaba bajo escrutinio. Se observó que múltiples animales con moderada capacidad para volar o planear, como murceguillos , lagartijas voladoras y ardillas voladoras, tienen estilos de vida arbóreos .
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Hallado Un Interesante Fósil De Ballena
Los orgánulos celulares microscópicos portadores de pigmento, causantes del color en las plumas fósiles, semejan «salchichas y albóndigas», dice Jakob Vinther, de la Universidad Yale. Los que tienen forma de salchicha proporcionan el color negro, y los que parecen albóndigas, el colorado y el cobrizo. Dueño de un cuarteto de largas plumas con apariencia de cinta, con barbas dispuestas en un plano, Epidexipteryx, del tamaño de una paloma, podría ofrecernos el primer rastro de un plumaje de exhibición en un dinosaurio. Su extravagante plumaje debió ser prácticamente inútil como medio de aislamiento o para el vuelo, pero posiblemente sirviese para atraer al sexo opuesto o a fin de que los individuos de la especie se reconocieran entre sí. Las aves evolucionaron a partir de los dinosaurios, pero posiblemente el origen de sus plumas se remonte aún más en el tiempo.
Ninguno de los grandes editores a los que se dirigió estaba dispuesto a llevarlo a cabo salvo que el propio Heilmann estuviese presto a financiarlo, lo que no pudo llevar a cabo. Hasta entonces, Heilmann aprovechó la oportunidad para comprobar y progresar su manuscrito, que incluía información que adquirió al investigar el espécimen berlinés de Archaeopteryx por primera vez en 1923 por convidación de Josef Felix Pompeckj , instructor de Historia Natural. El examen en persona de este importante espécimen le dejó a Heilmann añadir algunos detalles auxiliares y revisiones a su entendimiento de la cadera, el cráneo y las plumas de vuelo . Con la asistencia del paleontólogo inglés Arthur Smith Woodward del Museo Británico, por último logró hallar una pequeña editorial londinense dispuesta a generar una versión en inglés de su manuscrito en 1926. Las aves y algunos réptiles, como los cocodrilos, consiguieron burlar hace 65 millones de años la extinción masiva de los dinosaurios tras el choque de un asteroide contra la Tierra. Pero los trabajos de John Ostrom con Deinonychus en los años 60 y 70, la aplicación de la cladística a los dinosaurios por Gauthier y los descubrimientos de dinosaurios emplumados de las últimas décadas terminaron exponiendo quién llevaba razón en este debate.
Ave Del Paraíso Real
Los ancestros de las aves podían ser pequeños réptiles con escamas, cuadrúpedos y de hábitos arborícolas, que saltaran de rama en rama. Si esas escamas se hubiesen hecho más largas, les habrían proporcionado una mayor fuerza de sustentación, lo que les habría permitido planear cada vez un poco más lejos. Sólo más adelante sus brazos habrían evolucionado hasta transformarse en alas que aquellas protoaves habrían podido batir, lo que las habría transformado de animales planeadores en voladores auténticos. En otras palabras, la evolución de las plumas habría coincidido con la evolución del vuelo. El origen de este fantástico mecanismo es uno de los mayores secretos de la evolución. En 1861, sólo un par de años una vez que Darwin publicara El origen de las especies, los trabajadores de una cantera de Alemania sacaron a la luz fósiles sensacionales de un ave del tamaño de un cuervo, bautizada Archaeopteryx, que vivió hace unos 150 millones de años.
Aun de esta manera, muchos terópodos conocidos tenían grandes patas, brazos cortos y una cola larga y robusta, todo lo contrario de lo previsible en una criatura arborícola. Otros paleontólogos sostenían que las aves no evolucionaron a partir de los dinosaurios, sino que compartían un ancestro común, muy previo, al que debían sus semejanzas. Se creía que las plumas formaban un aspecto único del grupo aves; no obstante, en China, se descubrieron una gran cantidad de dinosaurios emplumados que pueden ser clasificados como dinosaurios terópodos. Sus plumas cubrían enormes unas partes de sus cuerpos y en algunos de ellas como en las especies del género Caudipterix cubrían sus miembros anteriores y en el desenlace de la cola formaban una especie de abanico. Todos estos increíbles descubrimientos llevaron a la conclusión de que estos dinosaurios con plumas eran capaces de volar y que las aves recientes no son las únicas que tienen estas estructuras.
¿De Qué Manera Se Convirtieron Los Dinosaurios En Aves?
Inicialmente esta idea de vínculo entre dinosaurios y aves había sido propuesta por Huxley y después fue reformulada por Ostrom. Los colosales y pesados dinosaurios se cambiaron en pequeñas y ágiles aves tras un desarrollo de encogimiento que se extendió a lo largo de 50 millones de años, un tiempo más riguroso del que se creía hasta la actualidad. Esta es la principal conclusión del trabajo que científicos de las universidades de Adelaida , Boloña , Southampton y Debrecen (Hungría) publican esta semana en la gaceta Science. Examina en aspecto la expresión de las etapas evolutivas en el avance de los embriones , desde el desarrollo de división celular hasta el desarrollo de características anatómicas concretas. Encuentra un parecido sorprendente entre el avance embrionario de los réptiles y las aves, incluyendo los detalles de la anatomía esquelética (con particular atención a las manos y los pies) y varios órganos.
En verdad, un estudio reciente protege que la mayoría de terópodos lograron ser de sangre ardiente. Los animales ectotermos, como los reptiles o los peces, no pueden generar calor de adentro, conque dependen de su entorno para sostener una temperatura perfecta. Por tanto, un ectotermo deberá refugiarse y apenas va a poder tener actividad durante épocas de frío. En cambio, los animales endotermos, los de sangre caliente como las aves y los mamíferos, tienen la posibilidad de regular y conservar su temperatura corporal. Esto les deja la actividad incluso con bajas temperaturas, pero a cambio de un gasto de energía considerable. Algo que Converses Darwin ahora dejó entrever en su cuarta edición de El origen de las especies.
