Los filamentos simples semejantes a púas que Beipiaosaurus inexpectus tenía en la cabeza (arriba, en el fósil), el dorso y la cola sorprendieron a Xu Xing cuando vio este fósil en 1997. Ahora se habían hallado plumas de dinosaurio más complejas, pero «estas estructuras eran nuevas», afirma Xu, del Centro de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín. Tal vez los dinosaurios mucho más pequeños usaran las plumas como aislamiento, pero Beipiaosaurus, con dos metros de largo, precisaría disipar el calor, no conservarlo.
Con el tiempo suficiente se van a ir formando nuevos grupos, nuevos estirpes que a su vez van a ir divergiendo como las ramas de un árbol. Pero, y o sea importante, una nueva clase, un nuevo conjunto, nunca deja de formar parte al grupo al que pertenecían sus ancestros. Pero los trabajos de John Ostrom con Deinonychus en los años 60 y 70, la app de la cladística a los dinosaurios por Gauthier y los descubrimientos de dinosaurios emplumados de las últimas décadas han terminado exponiendo quién llevaba razón en este enfrentamiento. Algo que la brillante cabeza de Huxley fue con la capacidad de atisbar desde investigar un solo ejemplar. Y es que, efectivamente, las aves descienden de un conjunto muy especializado de dinosaurios del jurásico, que tienen a Archaeopteryx como representante primordial.
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Plumón Del Pollo De Un Avestruz
Otra hipótesis que ha cobrado fuerza en los últimos años es que se dieron a conocer para ser vistas. Las plumas de las aves recientes muestran una gran variedad de colores y dibujos. El pavo real macho, por ejemplo, despliega su cola iridiscente para captar la hembra. La oportunidad de que los terópodos desarrollasen plumas con afines fines de exhibición recibió un fuerte impulso en 2009, cuando los científicos empezaron a estudiar pausadamente su composición. Con el transcurso de los años se fueron acumulando evidencias a favor de esta hipótesis y en el año 1990, ha podido ser corroborada con el increíble descubrimiento de los dinosaurios con plumas en China. Independientemente de que aún se halle en discusión de de qué forma fue la evolución de las aves y cuál es el linaje mucho más próximo emparentado con ellas, estas demostraciones forjaron la idea de que las aves actuales son dinosaurios terópodos de cola corta.
Los paleontólogos están estudiando a los familiares más próximos de las aves entre los terópodos para saber de qué forma se produjo la transición. Uno de los más reveladores es el recién descubierto Anchiornis, de sobra de 150 millones de años de antigüedad. Del tamaño de una gallina, tenía plumas en los integrantes precedentes, con áreas blancas y negras, y en la cabeza lucía un llamativo penacho colorado. Más información Hallado un curioso fósil de ballenaHay otra oportunidad todavía más impactante.
La Tabla Periódica, La Manera De Organizar Los Elementos Químicos
Esto les permite la actividad incluso con bajas temperaturas, pero a cambio de un gasto de energía notable. Por consiguiente, no es que las aves desciendan de los dinosaurios; es que son, en verdad, el único conjunto de dinosaurios que aún existe. Cada vez que ves un colibrí revolotear libando una flor, un gorrión en la terraza de un bar intentando encontrar migas de un bocadillo, una gaviota planificando sobre la playa o un espantoso casuario estás viendo dinosaurios vivos. Algo que Hables Darwin ya dejó entrever en su cuarta edición de El origen de las especies. O dicho en otras palabras, en lugar de continuar la corriente general de los enormes dinosaurios, ciertos de ellos innovaron y se hicieron capaces de cosas que otros no podían.
Estos réptiles voladores (un fósil, a la izquierda) estaban cubiertos de filamentos muy finos que tal vez se parecieran al plumón de este pollo de faisán. Este es el proceso lógico por el que los terópodos pasaron de pesar cientos de kilos a los 0,8 del Archaeopteryx, uno de los primeros pájaros conocidos. Parece que el proceso tuvo su momento destacado en la transición entre el Jurásico Temprano y el Medio, hace unos 180 millones de años, hasta hace unos 160 millones, temporada donde vivió Aurornis xui, entre los representantes mucho más antiguos de los aviales. El desarrollo continuó hasta hace 66 millones de años, poco antes de la extinción de los dinosaurios, cuando se coloca cronológicamente a Asteriornis maastrichtensis, considerada la primera ave actualizada. «Estos ancestros de las aves desarrollaron novedosas adaptaciones, como plumas, espolones y alas, 4 veces más veloz que otros dinosaurios», explicó Darren Naish, un paleontólogo que ha participado en la investigación. Pero han dado un paso mucho más hacia el saber del genoma de los dinosaurios.
«Los dinosaurios más próximos a las aves son pequeños, y varios, como el Microraptor, tenían alguna habilidad para escalar o planear», dijo Gareth Dyke, otro de los participantes en el estudio. Los científicos equipararon esta secuencia con la de 21 especies modernas de aves, confirmando conque este dinosaurio, que era bípedo, comparte ascendencia con gallina, avestruces y, a mucho más distancia, asimismo con cocodrilos. Una investigación, dirigida por Chris Organ, de la Facultad de Harvard, ha revelado este curioso parentesco del alarmante Tiranosaurio rex (el \’reptil tirano\’, significa su nombre) gracias a las secuencias de una proteína conseguida del colágeno de un fósil de hace 68 millones de años. Los orgánulos celulares microscópicos portadores de pigmento con apariencia de «salchicha» y «albóndiga» se muestran en una exhibe de las plumas auriculares de Anchiornis. Exactamente la misma con el proceso clave por el que los dinosaurios evolucionaron hasta las aves modernas, deberemos seguir atentos a nuevas indagaciones que vayan iluminando el camino del conocimiento de estos seres prehistóricos.
O al menos eso es lo que piensan los estudiosos norteamericanos Stephen Czerkas, del Museo del Dinosaurio de Blanding, en Utah, y Alan Feduccia, de la Universidad de Carolina del Norte. El análisis comparativo entre todas las especies de aves y los cocodrilos expone distintos aspectos como las bases genéticas de la aptitud de vuelo. Las secuencias completas de ADN de todas y cada una de las aves modernas ayudan a contar la crónica de de qué forma consiguieron, adjuntado con algunos réptiles, burlar la extinción masiva que terminó con los dinosaurios hace 66 millones de años.
