Nosotros solamente contamos con gallinas en nuestras granjas con lo que, al no haber gallo, no se puede producir la fecundación. En consecuencia, es imposible que de los huevos camperos de nuestras gallinitas nazcan pollos. O sea, suelen alimentarse desde modelos principalmente de origen vegetal, si bien las gallinas criadas en ámbitos camperos o granjas ecológicas también consumen insectos y lombrices. Por eso, normalmente, una gallina pone huevos hasta que el nido está lleno, una media de entre diez y doce. Como es conocido, las gallinas efectúan una ovulación casi día tras día, con lo que ponen huevos independientemente de que sean fecundados o no. Así, el óvulo recorre el conducto que va desde la ovoteca hasta el exterior y, si en el recorrido el huevo es fecundado por un gallo, el óvulo se une a la célula espermática y se forma un feto.
Los gallos cuidan que las gallinas no se vayan con otros machos y las protegen de estos en todo instante. Bien es cierto que, en los últimos años, han proliferado las granjas de gallinas camperas, en las que los animales viven libres en el campo. En un caso así, al estar menos controladas, es mucho más simple que coincidan con un gallo.
El gallo deposita a lo largo de la cópula el esperma en la entrada de la cloaca de la gallina. Ciertos espermatozoides penetran en el oviducto y suben a través de él en busca de un óvulo para fertilizarlo. Las gallinas no tienen necesidad de ser pisadas todos los días por un gallo puesto que pueden conservar en ellas el esperma de uno o de varios gallos. En el momento en que la gallina pone el huevo fertilizado, empieza con la fase de incubación. La gallina se encargará con mucha atención de cuidar a sus huevos y no se separará para nada de ellos. Los empollará con su cuerpo para proporcionarles todo el calor que precisan para formarse.
Luego a lo largo del camino va cubriéndose de clara, luego de la membrana y la cáscara. En la etapa final se cubre del tinte que es propio de la especie o raza para acabar oxidándose en segundos a la intemperie en el momento que pone el huevo. En cuanto al tamaño de los huevos, hay que entender que durante el inicio de la puesta, las gallinas acostumbran a poner huevos mucho más pequeños, un tamaño que va en incremento según la edad de la gallina.
La gallina tiene más de 4.000 óvulos microscópicos y únicamente una achicada una parte de ellos se desarrolla para constituir la yema, pero si no hay gallo, no es posible la fecundación de los huevos. Es lo que sucede en las granjas dedicadas a la producción de huevos, donde solo hay gallinas y ningún gallo. De esta forma, los huevos que se comercializan no están fecundados y, por tanto, de ellos no tienen la posibilidad de nacer pollos, así como comentan desde Fincas Casarejo, expertos en artículos relacionados con la avicultura de ocio. El esperma del gallo fertiliza el óvulo, o lo que es exactamente lo mismo, la yema.
También influye en ello el peso del ave, ya que las gallinas gallinas blancas, que ponen huevos blancos, suelen tener un peso inferior que los que ponen las gallinas morenas. «Esto supondría un agobio para las aves, además de un despilfarro de energía», indican. Naturalmente, la forma de reproducción de las gallinas es ovípara. La fertilización la realiza el gallo de forma interna y después debe de producirse la incubación de los huevos. Esto es, para que las gallinas se reproduzcan debe haber un gallo. Tenéis que saber que son aves polígamas, con lo que no supone un inconveniente que haya un solo ejemplar masculino para un grupo de hasta diez gallinas.
Y es que la alimentación es otra de las cambiantes que mucho más influyen en la puesta de huevos. Según el producto Alimentación de las gallinas ponedoras elaborado por C. Barroeta, G. Verge-Mèrida, del Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona, y N.
Cuando la gallina se enclueca, interrumpe su puesta y se echa sobre los huevos que ya tiene. Sabrás que tu gallina está clueca si se resiste a abandonar el nido y además de esto emite el característico «clo, clo, clo». Hay algunas etnias, como la sedosa, que tienen mayor predisposición a encluecarse.
Algunas, de hecho, como los mosquiteros, únicamente incuban huevos una vez por año, ya que alimentan a sus pequeñas crías con algunos insectos cuya aparición anual debe coincidir con el nacimiento de los polluelos. Asimismo he leído que si el gallo pisa a una gallina y pone un huevo, y después se quiere mudar de gallo los huevos que ponga en diez días serán del gallo nuevo. Si bien es cierto que no es un comportamiento único, tenemos la posibilidad de decir que lo frecuente es que la reproducción de las gallinas se realice en los meses menos fríos. La primavera y el verano son las estaciones en las que mucho más procrean. Esto es debido a que la temperatura es más satisfactorio y también a que tienen más horas de luz en todo el día. Durante exactamente la misma, el óvulo va desde la ovoteca, pasa por el oviducto, luego a la cloaca y atraviesa la cavidad destinada a la excreción, abierta al exterior.
