Ten presente que noen todas y cada una de las razas de gallinas se lúcida este instinto y que razas como la Sedosa de Japón, Pekín, Cochinchina o Combatientes españoles son muy tendentes a ponerse cluecas después de cada puesta. Visto que se muestre la cloquera en unas etnias sí y en otras no significa que se trata de un carácter hereditario. En el post de el día de hoy nos vamos a centrar en los nidos de incubación de nuestras gallinas. Si queremos que nuestras gallinas cluecas sean capaces de eclosionar su nidada, debemos prestar atención a su nido de incubación.
Por tanto, si vas a revisar si han puesto huevos, más vale que uses unos guantes gruesos. Para ello le vamos a poner entre 8 y 10 huevos fértiles frescos de otras gallinas en un nido en el suelo y vamos a poner la gallina encima. Para eludir que se rompan los huevos no deben estar uno al costado del otro y jamás uno sobre el otro. Si se rompe un huevo vamos a deber retirarlo y limpiar el resto con un harapo húmedo con agua tibia (NUNCA fría), y los volveremos a poner en el nido. La peculiaridad de las gallinas cluecas es que no ponen huevos, con lo cual, vamos a deber dejar que incube tranquilamente o cambiarla por otra si no tenemos ganas mantener a una gallina no productiva.
Puede pasar que algunas gallinas pierdan su interés por incubar en medio periodo de tiempo y que terminen abandonando el nido. Si bien es verdad que no es un comportamiento único, tenemos la posibilidad de decir que lo habitual es que la reproducción de las gallinas se realice en los meses menos fríos. La primavera y el verano son las estaciones en las que mucho más procrean. O sea dado a que la temperatura es mucho más satisfactorio y asimismo a que tienen más horas de luz en todo el día. En el momento en que termina la clueca, la gallinas pueden llegar a ser muy protectoras con los huevos, defendiéndolos de los depredadores (como tú). Si intentas acercarte al nido o cogerla, emitirá cacareo de enfado y podría procurar picotearte.
Los huevos artificiales parecen reales, los puedes usar para mentir a una gallina para animarla a la clueca. En el momento en que no se encuentren en el nido —seguramente van a pasar un tiempo reducido fuera de este—, las gallinas en estado de cloquera acostumbran a adoptar una postura imponente. Esta se identifica por tener las alas medio abiertas y las plumas erizadas, incrementado considerablemente su volumen.
El reposo y la reposición de fuerzas es más que que se requiere para la gallina clueca, puesto que esta a lo largo de los 21 días de incubación la gallina llega a perder hasta el 20% de su peso habitual. Y si no garantizamos el reposo de la misma puede que esta muera, verdaderamente de hambre. Además, asegúrate de que las cluecas tienen predisposición agua limpia y en buen estado, ya que su consumo de agua es superior.
Nos encontramos concienciados con el bienestar animal y, según la normativa vigente, todos nuestros animales se entregan con certificado veterinario. Otro aspecto al que tienes que dar bastante relevancia es a la nutrición, en tanto que es escencial para que los pollos se desarrollen con normalidad. Todo depende de la raza, ya que ciertas nacen bastante pobres en nutrientes, por lo que precisan un suplemento para subsistir.
Si ves que tiene demasiados huevos y que no le abarca el cuerpo para cubrirlos todos no lo dudes y retírale ciertos.
Gracias a este desajuste hormonal llega una señal equivocada a su cerebro, la gallina siente que ha sido fecundada y que, en consecuencia, debe empollar sus huevos. El nido de incubación debe de estar obscuro, bien ventilado y protegido del viento, la lluvia y las temperaturas extremas. Además, la base del mismo debe tener unas medidas de unos 36 centímetros x 36 centímetros.
Esto es, debemos cambiar los huevos falsos de plástico por los huevos verdaderos que queremos que nuestra gallina incube. Recuerda, que no es requisito que sean sus huevos, ya que la gallina clueca no notará la diferencia. Lo primero que debemos realizar es mover a la gallina clueca a su nuevo nido. Esto debemos llevarlo a cabo en el momento en que se ponga el sol, para que nuestra gallina no se estrese y sobre todo, para que no quiera regresar a su nido anterior.
