“Las gallinas que son alimentadas con una dieta a base de maíz tienen yemas más anaranjadas que las gallinas alimentadas a base de trigo, que generan huevos con la yema más amarilla. Pese a la diferencia en el color, el valor sobre nutrición de los huevos es exactamente el mismo”, necesitan desde la web del Instituto del Huevo. Lo cierto es que la diferencia reside en el bienestar del animal -sin estimar subestimar esta cuestión-, pero a nivel nutricional hay poco que rascar. Aunque, parece ser no todos y cada uno de los huevos son iguales, ya que los procedentes de gallinas criadas en libertad resultan más nutritivos que los de las alimentadas solo con pienso en el interior de sus jaulas, según un estudio del Reino Unido.
Para entender correctamente la clasificación de los huevos de gallina y los tipos de huevos que hay en el mercado, tienes que comprender el etiquetado rojo que viene impreso en ellos. Naturalmente, el 0 sería el mucho más conveniente desde el punto de vista ecológico. El primer número, que va del 0 al 3, indica la manera de cría de la ponedora. Entonces hay 2 letras que identifican el país (ES, para España). Prosiguen ocho cantidades que se refieren a la provincia, el municipio y la granja. Muchos estiman que el color de la yema determina la calidad del huevo y les falta tiempo para producir juicios sobre esto solo basándose en la tonalidad.
Las granjas tienen que contar también con espacios para picotear y hurgar, perchas para el descanso y nidos para poner los huevos. La Unión Europea marca que este tipo de cría en suelo debe respetar una consistencia de aves máxima de 9 gallinas por m². Esto significa que se procura respetar al máximo el ciclo vital normal de las gallinas y de producción de los huevos. Para que un huevo lleve un 0 encabezando su código la gallina que lo puso debe existir sido criada con alimentos de producción ecológica en, al menos, un 80 % de su dieta.
Tampoco cunden más, pues la parte líquida se evapora al cocinarse. Envase en forma de cesta para huevos XL de Pazo de Vilane. Este tamaño sólo se vende esporádicamente en ciertos shoppings gallegos.
El motivo es que las gallinas ponedoras que gozan de determinada independencia pueden ingerir insectos y, así, enriquecer sus huevos con ácidos grasos omega 3 y vitaminas A y E. Nuestros huevos proceden de gallinas criadas en libertad y únicamente comercializamos aquellos que surgen de nuestras huertas en Galicia. Con estos datos en cabeza, seguramente ahora sabrás donde se clasifican todos los huevos camperos de gallinas en independencia de Pazo de Vilane… ¡Exacto! Recuerda que es conveniente mantener desde el momento de compra una manipulación correcta para mantener sus ricas propiedades y evitar contaminaciones. También hay que entender que los huevos tienen fecha de consumo preferente y no de caducidad.
Esto significa que puede haber variantes de color, gusto, aroma, etc. En definitiva, que puede haber diferencias de calidad de unos huevos a otros. Pero, indudablemente, el motivo más interesante para fijarnos en el género de cría de las gallinas ponedoras que han producido los huevos que adquirimos sea por fundamentos éticos. Las condiciones de vida de las gallinas cambian bastante de unos sistemas de producción a otros. Por ello, intentaremos destacar los puntos mucho más esenciales de todos los cuatro sistemas a fin de que tengamos la posibilidad tener en cuenta esta información en el momento de tomar nuestras decisiones de consumo. Ciertamente, el primer dígito indica la manera de cría de las gallinas.
Las que ponen huevos con el número 3 son las más “infelices”, en tanto que están de forma permanente en jaulas y comen pienso habitual. La verdad es que España es una capacidad europea en producción de huevos. De hecho, es la tercera por detrás de Alemania y Francia. Y, ciertamente, cada vez resulta más difícil toparnos con huevos de color blanco.
El espacio mínimo con el que debe contar cada gallina es de 750 cm². Las huertas con gallinas criadas en suelo tienen espacios para el picoteo, nidos y sitios de descanso. A estas gallinas se las alimenta con piensos comúnes. Los de la categoría A son los que se destinan en venta a usuarios finales, así que son los que nos encontraremos al llevar a cabo nuestra compra. La clasificación A nos señala que los huevos son frescos y no fueron sometidos a lavados o a tratamientos de conservación ni refrigeración por debajo de 5 °C. Los huevos de categoría B, serían huevos de segunda calidad, que no se pueden considerar como huevos frescos y sí que tienen la posibilidad de ser lavados o sometidos a tratamientos de desinfección y conservación.
Las gallinas deben contar asimismo con espacios correctos para picotear y escarbar, para darse baños de tierra , de perchas para descansar y de nidos. Este género de explotaciones deben contar, además, con el certificado del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica pertinente. Son huevos de gallinas camperas, que viven en condiciones bastante similares a las de las huertas ecológicas, pero cuya alimentación no está limitada al consumo de productos ecológicos. Se crían en naves en las que cuentan con independencia total de movimiento y con la posibilidad de salir al exterior. Asimismo se contempla la necesidad de que dispongan de espacios habilitados para picotear y hurgar, perchas y nidos.
