Donde Ver Aves En Valencia

Eso, y su localización estratégica entre África y el resto de Europa en el paso de las aves migratorias, hace posible que estemos en un magnífico lugar para la práctica del turismo ornitológico, el orniturismo o el aviturismo. Todos los años, con los equinoccios que marcan el inicio de la primavera y del otoño, miles de aves escogen los montes y humedales valencianos para descansar en su trayecto migratorio. Las aves tienen en su cerebro una pequeña brújula, un reloj biológico que les ayuda a orientarse y les avisa de que tienen que mudarse.

Disfruta de la naturaleza en sus vertientes, siente la paz que emiten las aves posadas sobre las aguas de la Albufera y enamórate de la Comunitat Valenciana. Te da la oportunidad de contemplar una gran cantidad de especies de pájaros que pasan por sus humedales. Un lugar idóneo donde sacar tu cámara y realizar infinidad de fotos en un paraje inigualable.

Parque Natural De Chera-sot De Chera

En su mapa de adentro los parques naturales valencianos son una región de reposo donde parar a recargar las pilas. Los primordiales protagonistas de esta región lacustre al pie del Mediterráneo son los pertenecientes de su gran colonia permanente de flamencos, los que indudablemente son su principal atractivo. Allí cohabita un buen número de aves acuáticas, en conjunto se han reconocido mucho más de 325 especies, y desde la Oficina del Parque se organizan visitas guiadas. La Laguna de Gallocanta está a unos 1.000 metros de altitud y es el principal lago salino de Europa occidental.

Tras la primera parada en el embalse, donde habitan los halcones peregrinos y los roqueros solitarios, se sube a la presa de Contreras, camino del parque de Los Cuchillos, popular así por sus dientes puntiagudos, fruto de la erosión. La subida, en la que acompaña un conjunto de cabras montesas, es la transición al paisaje de otoño. Desde aquí, a 860 metros de altura, se avista el poblado de Contreras y la antigua cementera de la que consiguieron los recursos para construir la presa. El Mirador del Pujol también es otro rincón perfecto para la observación de anátidas y somormujos. Además, este nos ofrece una excelente visión del paisaje de la laguna, con lo que, en el caso de que no avistemos ningún ave, la panorámica merecerá la pena del mismo modo.

Parque Natural Del Turia

A todos estos atractivos naturales debe de añadirse la riqueza cultural, histórica, arquitectónica y como es natural gastronómica que se encuentra en el territorio valenciano. Sumando la buena disponibilidad, las infraestructuras y hospedajes alcanzables para todos los fanáticos de la naturaleza, esta región del sur de Europa se transforma en un destino impresionante para los fanaticos del turismo ornitológico. Desde hace unos años son cada vez más los flamencos que deciden mudarse temporalmente a la Albufera de Valencia para pasar el invierno. Dicen que la salinidad de sus aguas es ser entre las causas detrás del incremento de aves en este parque natural a tan solo diez minutos de Valencia. Cabañeros está considerado una Región de Especial Protección para Aves y está protegido en el contexto de la Red Naturaleza 2000.

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Sus orillas están protegidas para la nidificación y el cobijo de las aves y los mejores meses para encontrarlas son mayo, junio, julio, noviembre, diciembre y enero. Podemos encontrar al rascón europeo, al calamón común, al charrán común, o al charrán patinegro, por ejemplo, pero la que se transporta todas las miradas es sin duda la grandiosa garza real. Monfragüe, sin lugar a dudas, es uno de los mejores sitios de España para ver aves.

Aquí podemos encontrar ni más ni menos que la población de buitres leonados mucho más enormes de Europa e impresiona dejarse contemplar por sus gigantes sombras cuando sobrevuelan sobre nuestras cabezas. Aparte de tener una buena vista panorámica desde la ermita de San Frutos, es bien interesante recorrer las aguas del río en piragua. Para ir al próximo destino, Viviendas del Rey, hay que pasar por la zona puramente vinícola. Allí, entre las tierras rojizas que caracterizan el monte valenciano, aparecen las vides bajas, en frente de otros pinares.

Gracias a que “más de la mitad de la población mundial vive en ciudades” y la cifra “será mayor en el futuro”, remarca la relevancia de que estas personas tengan un contacto directo con las aves a fin de que “sean más tendentes a preservar la biodiversidad”. “Se han creado zonas espectros, con pisos vacíos para especular”, asiente el biólogo. Ahora bien, en la ZAL mira que, “paradójicamente”, el día de hoy “es una zona rica en especies a costa de lo que no se debía haber hecho, porque es un del sol inmenso sin presión humana, puesto que no entra absolutamente nadie”. Esto se suma a la “progresiva disminución del espacio agrario en València, que no paró desde 1900 y, de forma decidida, desde 1950 pues vino mucha gente y había necesidad de vivienda”. “Era lógico que se edificara, pero desde los 90, las pretensiones habitacionales de la región eran nulas.

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