Allí fueron recibidos por entre las monjas del claustro, a la que ofrecieron 4 docenas. Lo que está claro es que más allá de supercherías, una boda bajo la lluvia puede ser igual de bonita y que lo más esencial es gozar con nuestros familiares y amigos de entre los días más particulares de vuestra vida. Además de esto, pese a la tradición habitual, se dice que Santa Clara no ha sido jamás la patrona del buen tiempo, sino más bien de la paz en el matrimonio. Se estima que esta asociación viene dada por nuestra gente, que relacionó su nombre con el buen tiempo.
En algunos lugares se habla de doce huevos y en otros de unos cuantos docenas, e incluso de unidades impares . Para aproximarnos a esta tradición hemos acompañado a Estefanía Muñoz, quien festejará su link marital este sábado 18 de septiembre en la ciudad de Adra.
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We Love! La Tradición De Llevar Huevos A Las Clarisas
Puede estimarse que los datos aportados telefónicamente, generalmente resultaron mucho más anecdóticos, pero bastante menos específicos que los conseguidos en las respuestas de los cuestionarios. Las visitas personales se hicieron a los conventos cantabrios de Santillana del Mar y de Villaverde de Pontones, convento este último sin cuya colaboración hubiera resultado imposible la elaboración de este estudio. Entre las tradiciones populares, la de Santa Clara y el buen tiempo pensábamos que tenía garantizada la permanencia, por su propia naturaleza. Pero ocurrió que esta experiencia religiosa, al haberse trasmitido de forma oral, posiblemente a lo largo de ocho siglos, fué evolucionando substancialmente, sobre todo en los últimos tiempos.
Completada la entrega, Javi Maneiro declaró que, con esta iniciativa quieren «seguir a tradición galega», y que tiene «moita fe» en conseguir buen tiempo para su actuación merced a la ofrenda. Además de esto, Touriñán aseguró que la iniciativa de encomendarse a Santa Clara se la dio MeteoGalicia. Si deseas recibir mucho más consejos y también ideas para tu boda y no perderte ninguna de las noticias de Lluvia de ArrozSUSCRÍBETE AL BLOG, además de esto, al inscribirte vas a recibir “el calendario de vuestra boda”, con todos los pasos que debéis seguir a la hora de organizar vuestra boda impecable. Todos conocemos la tradición de ponerle huevos a Santa Clara para que el día de la boda haga buen tiempo, pero el origen de esta tradición no está totalmente claro.
La Tradición Valenciana De Llevar Huevos A Santa Clara Para Que No Llueva En Tu Boda O En Fallas
En realidad, el muestreo efectuado puede considerarse como un muestreo de conjuntos, ya que el cuestionario incluía algunos apartados en que, para responderlos, la abadesa debía preguntar a otras religiosas de su red social. La base primordial de datos la constituyeron las respuestas de los 35 cuestionarios cubiertos en los monasterios clarianos de las localidades citadas en la nota final.
A última hora se han incorporado los que procuran hallar el carnet de conducir con el apoyo de los rezos de las monjas… La gente mayores se atraen mucho más por buen tiempo para sus viajes y la mejora y curación de sus patologías. Clara de Asís es una santa muy carismática, casi mítica, que llegó a nuestros días como la figura femenina más representativa de la vida contemplativa medieval. Siguió los pasos de su conciudadano Francisco de Asís, a quien había oído predicar en el momento en que ella tenía dieciséis años.
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Las variaciones localizadas en España en el momento de la celebración del VIII centenario del nacimiento de Santa Clara, en 1993, eran muchas. La fecha pareció buena coyuntura para poner cada día las formas de la tradición, más supersticiosa que religiosa, analizándolas y sintetizándolas, según los criterios de delimitación y homogeneidad recomendados para trabajos de investigación histórica. Habitamos un ambiente en que se presume de arreligiosidad, pero se practican una secuencia de mitos con ambigüedad religiosos, casi siempre con regocijo y un cierto aroma exótico. Sabemos que nosotros jamás podríamos conseguir un tiempo espléndido de forma natural para una fecha o datas ciertas y recurrimos a esta tradición popular, profana y religiosa a la vez, como el único recurso disponible.
Las docenas de huevos empezaron a entregarse en muchos casos a los centros benéficos de caridad mucho más cercanos al oferente, atendidos por otras instituciones religiosas. Con cierta frecuencia por el momento no se visitaba a las monjas, sino se les comunicaba la fecha en que se deseaba la confía del buen tiempo y se les hacía llegar una limosna como compensación de las claras. En el momento en que estos pedidos telefónicos, telegráficos o epistolares venían de lejísimos, las propias clarisas sugerían que la ofrenda de huevos, o su importe, fuera entregada a los pobres.
Imperativos de orden popular y exigencias prácticas, en escasos años habían hecho extensible a cualquier género de ceremonias, festejos y celebraciones aquella curiosa tradición de bodas. El día de hoy entendemos que la superstición es un vano presagio sobre cosas fortuitas, pero hace siglos, la presencia de lluvia en una boda se tenía como augurio de desgracias para la nueva familia, que harían llorar a la novia durante el resto de su vida.
Santa Clara está muy metida en la supone del pueblo, quien la considera patrona del buen tiempo. Es un patronazgo folclórico, por sus típicas ofrendas de huevos, cuyo origen no se sabe.
Tras una semana de intervalos lluviosos, Estefanía se teme que llueva el día de su boda y por este motivo asistió al Monasterio y dio como ofrenda dos docenas huevos a Santa Clara. En Cataluña se había iniciado una exclusiva ofrenda que no debía ver transcurrido un tiempo atmosférico. Era la de las pequeñas que llevan el nombre de Clara y que se presentaban a la Santa en alguno de sus monasterios, portando un cestillo con huevos.
Hay una tradición que consiste en llevar una docena de huevos al convento de las Clarisas con la intención de que no te llueva el día de tu boda. Un ritual que se remonta a la Edad Media y que tiene alguna relación con la meteorología. Las peticiones de buen tiempo mucho más numerosas eran para celebraciones matrimoniales y había, en 1993, 4 monasterios (Estepa, Úbeda, Molina de Aragón y Benavente), en que únicamente admitían ofrendas de huevos para bodas. En los restantes, que representaban el 90 por ciento del total, se solicitaban asimismo para todo tipo de celebraciones de carácter colega-espiritual, como primeras comuniones, bautizos, bodas de plata y de oro, procesiones…
