La piel de gallina servía a nuestros antepasados como método de defensa y exhibe de poder. Por ejemplo, en el momento en que un puercoespín está asustado, levanta sus púas para defenderse. Esta contestación también es común al ser humano, aunque, actualmente, poca herramienta tiene. Todos estos cambios que percibimos tienen la posibilidad de llevarnos a tener los pelos de punta.
“Pelos como escarpias”; “erizar el vello”; “pelos de punta”… Más de una vez hemos oído estas expresiones. En realidad son sinónimos de otro dicho todavía mucho más habitual, que es el de la conocida “piel de gallina”. Otro régimen que nos recomiendan las dermatólogas, y que puede asistirnos a mejorar este inconveniente de la piel es la depilación láser, puesto que se desaconsejan los métodos de depilación que impliquen arrancar o cortar. En un corto plazo, hace que el pelo se erice y se muestre la piel de gallina; a largo plazo, parece fomentar el crecimiento del vello.
Los investigadores afirman que es un importante vínculo entre las células madre, que el cuerpo puede usar para hacer otros géneros de células, y los estímulos externos. Es lo que generalmente se conoce como \’tener la piel de gallina\’, una reacción corporal que se asocia al frío. Este mecanismo reflejo está presente en el ser humano desde la Antigüedad. Como antes el cuerpo estaba cubierto de considerablemente más pelo, el reflejo piloerector era muy útil para mantener el calor corporal.
Este fenómeno tiene por nombre asimismo pieloerección y se refiere al desarrollo de manera involuntaria de protuberancias en la piel, en la base del pelo corporal, en el momento en que nos exponemos a ocasiones o a cambios bruscos de temperatura. Este reflejo pilomotor ocurre en varios mamíferos, aparte de los humanos, si bien la mayoría de las ocasiones pensemos que solo nos afecta a nosotros. No obstante, hoy en día, en la situacion de los humanos no parece que la piel de gallina resulte un procedimiento de defensa efectivo; en verdad, más bien podría servir para alertar al revés de que contamos miedo. En lo que se refiere a la protección frente al frío, tampoco disponemos bastante pelo en el cuerpo a fin de que logre protegernos.
En realidad hablamos de una cuestión fisiológica que activa la contracción de los músculos erectores del vello y provoca que el aspecto de la piel cambie debido a que los poros se expanden y el pelo se eriza. Instante en el que se pone la piel de gallina.Los ingleses lo llaman goosebumps. Pero sin duda la forma mucho más divertida nos la dejó Johan Cruyff con su famoso “se me pone la gallina de piel”. El efecto de la piel de gallina es una afección dermatológica que se conoce como queratosis pilaris. La piel de gallina es una respuesta involuntaria que se crea en ocasiones, y en el siguiente vídeo te contamos el porqué. La queratosis pilaris es una afección benigna que visualmente recuerda a cuando contamos piel de gallina.
Otras especies asimismo experimentan algo similiar y su finalidad es aislar nuestro cuerpo y abrigarnos del frío exterior. De hecho, nuestros antepasados tenían el cuerpo lleno de pelo y esta contestación les servía para resguardarles. Según explicó George A.Bubenik, fisiólogo y instructor de zoología, a la revista Scientific American, la piel de gallina es una respuesta heredada de nuestros antepasados. Otras especies también experimentan algo afín y su finalidad es protegernos del frío exterior.
Al producirse esta respuesta y contraerse los músculos de cada pelo, se crea una cubierta de aire en todo el cuerpo que lo resguarda del frío. Esta reacción se asocia a la segregación de adrenalina, la hormona que facilita, en estas situaciones, la regulación térmica del cuerpo. Además, esta hormona está relacionada con la aceleración del ritmo cardiaco, el incremento de la presión sanguínea, la sudoración de las manos o los temblores en todo el cuerpo.
Esta reacción se puede producir en todo el cuerpo, eminentemente en los antebrazos, los muslos, la cabeza, la cara y el cuello. Las únicas zonas del cuerpo humano que no tienen la posibilidad de presenciar esta sensación son los pies, las manos y las zonas genitales. Cualquier piel precisa hidratación para sostenerse sana y bonita, y en el caso de la queratosis, que suele estar socia a la sequedad y a la dermatitis, aún mucho más. Las cremas mucho más recomendadas en este caso son las que contienen urea, que además de humectar previenen la queratosis, y las indicadas en el caso de piel seca, que contengan vitamina Y también, aceites, glicerina, vaselina, lanolina, etcétera. Según explicó George A.Bubenik, fisiólogo y instructor de zoología, a la gaceta \’Scientific American\’, es una respuesta heredada de nuestros antepasados.
Los folículos pilosos están obstruidos, voluminosos y los pequeños bultitos y protuberancias que se forman alrededor del pelo recuerdan en apariencia a cuando se nos pone la piel de gallina en el momento en que poseemos frío y sentimos una emoción. No obstante, como veremos a continuación, la queratosis -que es una afección cutánea- no tiene nada que ver con la piloerección, que es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. La piloerección o “piel de gallina” no es otra cosa que una reacción natural del sistema nervioso simpático de nuestro cuerpo ante distintos estímulos. Consiste en la contracción involuntaria de los músculos votantes de los folículos pilosos, lo que hace que el pelo se levante sobre la piel. La piel de gallina o carne de gallina se produce en los humanos y en otros mamíferos y tiene una doble función. La primera de ellas es protegernos del frío, ya que al contraerse los músculos erectores del pelo se crea una cubierta de aire alrededor del cuerpo que ayuda a sostener la temperatura corporal.
