Tanto el huevo como el pollo de cuco son generalmente de mayor tamaño que el hospedador, por lo que esta labor no es complicada. El cuco es un ave nativa de Eurasia, con un canto tan característico que le da nombre en la mayoría de los idiomas.
Se nutre de insectos, introduciendo en su dieta orugas urticantes, como la procesionaria. Es, además, un ave nidícola, esto es, en el momento en que los pollos eclosionan el huevo están poquísimo desarrollados, se mantienen en el nido y dependen de la crianza de los mayores. Categoría que se opone a las aves nidífugas, que desde su eclosión son ahora capaces de caminar y de escapar del nido.
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Las Tretas Del Pájaro Cuco
Según un estudio anunciado este lunes, las hembras de estas aves distraen además de esto a los dueños del nido imitando el canto de un depredador. De tal manera que la hembra pone los huevos y, en lugar de ocuparse a criarlos, los deposita en los de otros pájaros de pequeño tamaño, donde ya hay huevos. “Si bien la herencia materna permitió que estas aves recurran a múltiples especies de huéspedes, probablemente reduzca su capacidad para desarrollar contraadaptaciones conforme sus anfitriones desarrollan nuevas defensas. En particular, los parásitos se enfrentan a un desafío abrumador pues, a cambio, ciertas especies anfitrionas han creado una impactante variedad de \’firmas\’ de colores y patrones de huevos, que asisten a los anfitriones a distinguir sus huevos de los imitadores de parásitos», añade la zooóloga de Cambridge.
El cuco es un ave migradora que cría en Eurasia y el norte de África, y pasa el invierno en el África subsahariana y en el sudeste asiático. De mediano tamaño, su figura afinada, su plumaje y su vuelo rápido, recuerdan levemente al gavilán .
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El garrapatero se encuentra dentro de las pocas especies de aves en las que hembras no similares se unen para criar en comunidad. En contraste, el parasitismo social es bastante común, se encuentra en más de 250 especies. Para conocer por qué los garrapateros normalmente colaborativos apelan al parasitismo, estudiosos de la Universidad de Princeton observaron a las aves y sus comportamientos de anidación durante un período de once años en el Monumento natural Isla Barro Rojo en Panamá.
Tal \’herencia materna\’ deja a los pinzones de cuco eludir el peligro de heredar los genes de mimetismo incorrectos de un padre criado por un huésped diferente, lo que ha posibilitado que distintos linajes de hembras de pinzones de cuco desarrollen un mimetismo de huevo especializado de múltiples especies de huéspedes distintas. Tal mimetismo engaña a los padres anfitriones a fin de que acepten un huevo parásito como propio en lugar de tirarlo fuera del nido, con lo que fué vital para el éxito de estas aves africanas. Ningún otro pájaro es tan popular, todos conocen el canto del macho, ese \’cucú\’ que es el origen de su nombre. El cuco común es el personaje principal de muchas leyendas, aunque su carácter esquivo hace realmente difícil su observación.
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En su lucha contra los falsificadores, las currucas herbáceas se han convertido en hábiles controladores de calidad, rechazando los huevos que difieren de los suyos en color y patrón, y las cuatro especies han creado la aptitud de depositar «firmas» únicas en sus huevos para prosperar su detección de intrusos. Las prinias de flancos leonados, por poner un ejemplo, ponen huevos con fondos azules, blancos, rojos o verde oliva superpuestos con una variedad de patrones. La segunda hipótesis es que el parasitismo hacia otras especies brotó de manera directa, ahora fuera por la ocupación de nidos de otras especies como ahorro al esfuerzo de construir el propio o por la rivalidad entre las aves por el más destacable sitio para edificarlo, el mucho más seguro o accesible.
Por poner un ejemplo, distintas hembras del cuclillo europeo parasitan frecuentemente a distintas anfitriones, especializándose por consiguiente en el color y diseño de sus huevos, patrones que están genéticamente ciertos. El color y fabricantes se aplican en el último tramo del recorrido del huevo por el oviducto hacia la puesta, donde se encuentran conjuntos de células que el zoólogo Tim Birkhead ha comparado con una batería de \’pistolas de pintura\’. Cada una de estas pistolas está genéticamente programada para disparar en un instante particular tal es así que se generen el color y máculas distintivas de la clase. Aun, los músculos del oviducto tienen la posibilidad de realizar girar el huevo dentro suyo a fin de que las células de pigmentos depositen líneas que distinguen aún más al producto de la puesta.
Los dueños del nido pueden llegar a acosar a la hembra y también impedir la puesta; en otras ocasiones tiran el huevo de cuco antes de que eclosione, o abandonan el nido. Tras silbar como un gavilán y lograr su propósito, la madre deja el huevo.
De esta manera se transforma el cuco en el único pollo del nido, engañando a sus padres adoptivos para recibir alimento hasta que puede dejar el nido. En la naturaleza no acostumbra observarse un escenario distinto, salvo raras salvedades. No obstante, cuando se han llevado a cabo pruebas científicas con nidos experimentales en los que se impide la expulsión de los pollos o huevos y el nido es compartido entre el cuco y los originarios, los dueños del nido tienden a dar de comer más a sus hijos legítimos que al farsante. “Posiblemente veamos la aparición de firmas de huevos infalsificables que podrían obligar a los pinzones de cuco a mudar a otras especies de huéspedes ingenuos.
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Cambios en el ambiente y un mayor espacio para la cría tienen la posibilidad de haber favorecido que apareciesen maneras de achicar el coste de la reproducción. No es precisamente el tipo de cuentos que asociamos a las aves, pero el parasitismo entre ellas es enormemente común.
En la situacion del cuco gris, la hembra deposita uno de sus huevos en el nido de otros otras especies, que lo incubarán como propio. Hasta 25 huevos por temporada puede llegar a tener este pájaro que parasita nidos extraños . El polluelo intruso, una vez sale del huevo, hace aun caer del nido al resto de hermanastros, para aprovecharse totalmente del alimento que le aportarán sus padres adoptivos. La hembra del cuco común, que ya se conoce por librarse de su deber materno ocultando sus huevos en los nidos de otros pájaros, es todavía más zorrilla de lo que se creía.
