Como Aser Caldo De Gallina

Cuando comience a hervir retiramos con una cuchara los restos que ha soltado la gallina. Después, añadimos las verduras, todas y cada una limpias y troceadas. Dejamos la olla a fuego retardado, unas dos horas y media, para que el caldo se vaya haciendo despacio. Removeremos ocasionalmente, observando que no se quede sin agua.

Las gallinas se destinan a la puesta de huevos, en el momento en que ya no pone huevos o pone pocos se las descarta para el consumo humano. Tienen cerca de un año de vida y un peso de entre 3-4 kilos. Su carne es más oscura que la del pollo, es menos tierna y el gusto es más pronunciado. El caldo de gallina es un básico en nuestro “fondo de armario” de recetas. Ideal para tener preparado como un primero calentito a lo largo del invierno, o para tomar algo reconfortante antes de una ensalada fresca en nuestras cenas de primavera. Acompañadlo de unos ricos y crocantes picatostes de pan de pueblo.

Es cierto cada casa tiene su caldo. Aunque el que se ve en la foto semeja de esos que levantan los cuerpos. Para cualquier receta que necesite caldo o sencillamente para tomártelo de esta manera, en invierno mejor, sería una maravilla. Soy de Perú y me chifla cocinar, estoy feliz de compartir con todos ustedes los secretos que aprendí de la cocina peruana. Un vaso para la cena y te deja como nuevo…exquisito!!!! En este momento, ¡Manda una fotografía del plato terminado!

A Diana Cordero le encantará ver cómo quedó.

En mi casa, de pequeña, la sopa se tomaba casi todos los días, singularmente en los meses de invierno. En los pucheros siempre había cocinándose caldo de gallina, que era la base para llevar a cabo un montón de platos que precisaban caldo casero. Y una vez hecho el caldo, la gallina se usaba para elaborar croquetas o rellenos.

Lavar el puerro y echarlo entero, sin trocear y a la olla. Mondar las zanahorias y echarlas enteras, de la misma la cebolla o cebolleta. Poner dentro de la olla la gallina, la panceta, el trozo de pie de cerdo y el hueso salobre. ¿A quién no le agrada un buen plato de caldo con fideos? Bueno, seguro que alguno conocéis, yo no. Siempre hay alguien particular en la familia, yo tení­a un amigo al que le gustaban las paellas, lo que no soportaba es que le pusiese su madre el colorante amarillo ¿raro no?

El caldo casero pertence a las recetas que en cada casa se hace de una manera, yo les explicaré la mía, el caldo casero que me ha enseñado mi madre toda la vida. Últimamente bastante gente me preguntan como hago el caldo que incorporo a todas y cada una de las recetas, les daré mi receta. Lo mejor para realizar una aceptable receta es utilizar el caldo casero pero como siempre digo lo podemos sustituir por caldos hechos que actualmente no están nada mal, pero como lo casero no hay nada.

Pues bien, este caldo que hoy os traigo es lo más sencillo de todo el mundo, de esos que le echas todo en la cazuela y que trabaje y realice su magia lentamente. Mondar la patata, trocearla y echarla asimismo en el caldo. Llevar a ebullición y espumar el caldo de impurezas con un cazo o espumadera. Tapar la olla y dejar hirviendo por espacio de hora y media.

Les voy a dar unos consejos que he ido aprendiendo de a poco de todos y cada uno de los caldos que he hecho. Elaborar esta receta es sencillísimo. Cogemos una cazuela grande y ponemos en ella abundante agua, algo de sal gruesa y la gallina, sin piel ni grasa. La dejamos a fuego vivo unos minutos. Poner a hervir en una olla grande los 5 litros de agua. Incorporar la gallina, los trozos de kion o jengibre y la pimienta chapa.

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