Como Gallina Sin Cabeza

Solamente unos meses después, su corta vida parecía tocar a su fin, una vez que su dueño, el agricultorLloyd Olsende Fruita lo seleccionase para la cena de la noche. El hachazo falló y, terriblemente, se encontró con que el animal proseguía manteniendo la estabilidad, intentaba graznar e, incluso acicalarse mientrassu cabeza yacía inerte en el suelo. Entonces, se le ocurrió que quizá sería mucho más rentable obviar el potencial alimenticio de Mike y centrarse en su rol como estrella delshow business. Al fin y al cabo, utilizarlo como animal de feria, algo que le dejó ganar en sus mejores momentos 4.000 dólares estadounidenses cada día. Para los incrédulos, la Universidad de Utah se encontró con el descabezado Mike y certificó que, efectivamente, para no tener mollera, parecía bastante vivo. Pese a la intensa investigación realizada sobre cómo funcionan el cerebro y el sistema nervioso, los científicos todavía no tienen una idea clara de cómo las células inquietas establen contacto para realizar ciertos movimientos.

La vida de Mike se apagó en marzo de 1947 al atragantarse con unos granos de maíz. Tanto es conque la cuidad de Fruita decidió en 1999 festejar un día en su honor. Desde ese momento, cada año, el tercer domingo de mayo se organizan unos juegos cuyos personajes principales son los pollos. Incluso se ha editado un libro con sus mejores fotos y una estatua con su nombre se levanta en pleno centro.

Todo ello para celebrar «el coraje y las ganas de combatir de Mike». Una gallina de Tailandia ha provocado un enorme revuelo en las comunidades tras conocerse la novedad de que transporta mucho más de una semana con vida a pesar de haber perdido la cabeza, así como informaba este jueves el diario Daily Correo. El “milagro” fue viable ya que el 80% de su masa cerebral -y prácticamente todo cuanto controla el cuerpo del pollo, incluidos el ritmo del corazón, la respiración, el apetito y la digestión- continuó intacto.

Olsen creyó que aquello era un milagro y decidió dejarlo con vida y cuidar a él. Animales que, por increíble que parezca, pueden sobrevivir sin cabeza por un tiempo que va de segundos a horas. No obstante, existe un hecho comprobado y documentado de un pollo que llegó a sobrevivir sin cabeza por 18 meses.

Aquel día, diez de septiembre de 1945, el granjero Lloyd Olsen fue a buscar un pollo para la cena y eligió a entre los más cebados. Levantó el hacha con cuidado intentando dejar la mayor parte del cuello posible -la región que mucho más le agradaba a su suegra- y le cortó la cabeza. Tras ser decapitado, el pollo dio unos pasos y se fue al corral con las demás aves. Mike agitaba sus plumas e incluso intentaba esconder lo poco que quedaba de su cabeza bajo el ala. Asimismo quiso piar si bien el único sonido que podía emitir era un leve gorjeo procedente de su esófago abierto. Mike, el pollo sin cabeza, en inglés “Mike the Headless Chicken”, popular asimismo como “Miracle Mike” o “Mike el Prodigioso”, fue un pollo de la raza Wyandotte que subsistió durante 18 meses una vez que su dueño le cortara la cabeza.

No obstante, seguía vivo, con su cuerpo en movimiento e incluso, emitiendo sonidos internos que se semejaban al habitual croar de los sapos. El día que cortaron la cabeza del pollo Mike, 40 o 50 de sus hermanos plumíferos padecieron exactamente el mismo destino. No obstante, Mike no solo subsistió los minutos posteriores a la decapitación, sino, además para el día después, este seguía caminando por la granja de los Olsen como si no se hubiese enterado de que no tenía cabeza. En la mayoría de los casos, los que han escuchado e inclusive visto a un pollo sin cabeza corriendo saben que este no puede perdurar mucho más que unos pocos segundos antes de que su organismo falle y este caiga definitivamente muerto. De las cosas que podemos percibir de niños e inclusive, de mayores, existe la oración correr como pollo sin cabeza y es que, si bien esta es bastante graciosa, la verdad es que ver dicho espectáculo en la vida real puede ser más frecuente de lo que pensamos.

Por otro lado, la cabeza de la serpiente, justo después de ser cercenada del cuerpo, puede morder y también inyectar veneno a quien la mantenga minutos posteriores a la decapitación. Se trata de un calamar, el cual se sirve como un plato chino a base de salsa de soya. Lo sorprendente es que, al instante de ser útil el plato, el calamar ahora está muerto. Sin embargo, al verter la salsa de soja sobre el cuerpo del mismo este comienza a mover los tentáculos realizando una extraña danza, de allí el nombre del plato.

Tan frecuente ha resultado la visualización de esa exquisita ave sin su testuz en las granjas de medio mundo que la lengua española generó una expresión a partir de dicha imagen. En inglés asimismo hay una comparación con ese headless chicken que se usa para sugerir que alguien no sabe lo que hace. Pero el pollo sin cabeza no es un animal mitológico ni una hipérbole. Efectivamente, el ave puede subsistir una vez que haya visto su cabeza cercenada, como demuestra la historia del célebre Mike Milagro, que figura en las páginas del libro Guinness de los récords. Un pollo sin cabeza que corre puede ser aun considerado común, tomando en cuenta los registros gráficos y testimonios de miles de personas alrededor del planeta que han sido presentes de este acto. No obstante, hay en el planeta otros animales que tienen la posibilidad de vivir sin cabeza así sean segundos o días.

Mike pasaba su tiempo acicalándose y tratando de picotear moviendo su cuello en busca de alimento. Si bien la mayor parte de su cabeza fue cortada, una gran parte de su tallo cerebral y uno de sus oídos habían quedado intactos. Ya que las funciones básicas (respiración y ritmo cardiaco), así como la mayor parte de acciones reflejas de un pollo, están controlados por el tronco del encéfalo, Mike fue con la capacidad de permanecer en buen estado de salud. Primero en los diarios locales, entonces como parte de múltiples espectáculos en Salt Lake City. Los medios especializados y la ciencia asimismo escucharon la historia. La gaceta Life Magazine entrevistó a los Olsen y la Facultad de Utah lo sometió a múltiples estudios certificando que sí, era un pollo vivo sin cabeza.

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