Estos datos los tenemos la posibilidad de conocer fácilmente nosotros leyendo el código impreso en la cáscara de los huevos y el etiquetado de la huevera. Después de las 2 letras que nos indican el país de procedencia, nos encontramos con cinco dígitos que nos indican la provincia (2 primeros dígitos) y el municipio (tres dígitos siguientes) en los cuáles tuvo la gallina el huevo. Desde que sale de la granja hasta que llega al consumidor, el huevo recorre un camino en el que están implicados productores, granjeros, veterinarios y transportistas, entre otros muchos. En la UE, la producción de huevos destinados al consumo humano se actúa por el Modelo Europeo de Producción.
Las autoridades identifican la granja en la que se causó el huevo con los dígitos sobrantes. En el caso de la fotografía podemos consultar los números, aunque no conocemos exactamente la empresa o granja en la que tuvo lugar dicha cría. En los envasados, hay que comprobar que señala la fecha de consumo preferente, su categoría, el peso del huevo, el centro donde se han empaquetado y clasificado, la forma de cría de las gallinas y las sugerencias sobre de qué manera conservarlos. Últimamente he visto más marcas que tienen esta alternativa y se piensa que son huevos de gallinas que no viven en jaulas y que pasan mucho más tiempo en áreas libres. Hoy día, en México no hay ninguna legislación al respecto y no ofrecen mayor beneficio que la calma de meditar que están mejor alimentadas, que son más felices y que eso contribuye a tener huevo de mejor calidad.
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La numeración de los huevos nos indica de qué forma están las gallinas ponedoras en la granja de procedencia. O sea, si estaba enjaulada, en el suelo o al aire libre, además de esto asimismo nos reportan sobre la ciudad precisa de donde proceden. Si bien el código de los huevos pase inadvertido para muchos de los consumidores, la información que proporcionan es fundamental para saber la calidad que tiene el huevo que van a consumir.
Hay que desechar los que tengan la cáscara dañada, un olor extraño o que al agitarlo se escuche ruido de líquido en el interior. Se recomienda lavarlos en el momento en que se van a consumir, no romperlos directamente en el sartén o recipiente donde se va a cocer, esto te deja valorar cada uno de ellos aparte de eludir contaminar la mezcla en el caso de que no estén buenos. Al final, evitar consumirlos crudos, el calor deja eliminar microorganismos patógenos que pudieran contaminar el huevo tal como la avidina, una antivitamina que reduce el valor sobre nutrición al no aceptar la absorción de la biotina.
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Por eso, en el instante de su compra, el cliente ha de ser capaz de leer su etiqueta y entenderla. En los últimos tiempos se han hecho esenciales avances, ya que poco a poco más se procuran términos breves y de simple entendimiento. El producto enseña en qué radica esta iniciativa, de qué manera acerca el Modelo Europeo de Producción al consumidor y qué dice la etiqueta sobre el huevo. El código de los huevos se encuentra impreso en la cáscara de cada uno. Ten cuidado de no confundir la numeración de los huevos con la información del envase, pues esta última se refiere a la empresa productora, la categoría de calidad, la fecha de caducidad, etc., pero no al método de producción del huevo.
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El valor sobre nutrición no cambia, físicamente se ve igual y a mi me da la sensación de que la yema es mucho más grande y se divide con mayor sencillez, algo bastante útil cuando cocinas. En los envasados, hay que comprobar que señala la fecha de consumo preferente, su categoría, el peso del huevo, el centro donde se han envasado y clasificado, la manera de cría de las gallinas y las recomendaciones sobre de qué manera conservarlos, según INPROVO. Otro de los primordiales objetivos es que el cliente sepa leer y comprender la etiqueta y entienda qué significa el código que llevan impreso las cáscaras de los huevos. Como acabamos de ver, la importancia de los huevos es muy grande e esencial. El día de hoy les enseñaremos a de qué forma leer el código de los huevos, para qué se usa y qué significan todos esos números. Quizá creas que estos huevos adquiridos directamente de la granja, sin pasar por un control sanitario, son más sanos y naturales.
