Las primeras incubadoras de huevos se remontan al Antiguo Egipto. Pero los cambios genéticos relacionados con la pérdida de la conducta maternal de las gallinas son considerablemente más recientes. Se logró alterando el desempeño de la tiroides, que afectó tanto a su masa corporal como a la puesta del huevo. En el medio natural, la continuidad en que las aves ponen huevos es dependiente de multitud de factores. Las aves silvestres como los tordos o los gansos salvajes, por ejemplo, ponen un huevo solo si existen condiciones adecuadas para criar a la prole.
La gallina de granja actual es producto de la selección genética a lo largo de la historia. El humano propició que las especificaciones de producción fueran más relevantes en su estirpe, lo que logró la puesta constante de huevos en esta especie. En cambio, si lo que quieres es tener pollitos, por supuesto precisarás un papá.
Por otra parte, también es imprescindible una alimentación balanceada y acorde con el peso de la gallina para conseguir un tamaño apropiado del producto. Las gallinas nacen con un número determinado de folículos (óvulos sin madurar) que durante su historia progresarán hasta transformarse en huevos. La primera puesta llega aproximadamente a los cinco meses de vida del ave. Estos huevos tienden a ser pequeños, tienen formas irregulares e incluso en ocasiones carecen de yema.Después de las primeras puestas, la gallina va a ir ganando peso y comenzará a dar unos huevos más enormes.
En el momento en que acaba la clueca, la gallinas llegan a ser muy protectoras con los huevos, defendiéndolos de los depredadores (como tú). Si procuras acercarte al nido o cogerla, emitirá cacareo de enfado y podría intentar picotearte. Desde entonces la cría selectiva se basa en disminuir el tiempo de crecimiento de las aves y optimizar al máximo su rendimiento. Se utilizan, por servirnos de un ejemplo, hormonas que afectan el comportamiento de las gallinas. La biología tiene la respuesta.Antes de la gallina se encontraba el gallo colorado salvaje, que asimismo ponía huevos.Y asimismo los ponían sus antepasados, los dinosaurios.No hay duda de que el huevo fue primero.
Muchos son los componentes que pueden influir en que una gallina ponga o no mucho más huevos y, más que nada, en el tipo de huevos que ponen. Es por este motivo que existe una normativa para regular la seguridad alimentaria a lo largo de la cadena de producción en las huertas de gallinas ponedoras, de esta forma como para asegurar la calidad de los huevos. La inversión de energía que debe realizar un ave para poner un huevo es gigantesca. En el caso de un herrillero adulto, por ejemplo, nos encontramos ante un adulto de unos 17 gramos que pone huevos que pesan 1,2 gramos. Una puesta media de siete huevos equivale, ya que, a prácticamente la mitad de su peso.
Como es natural, la forma de reproducción de las gallinas es ovípara. La fertilización la realiza el gallo de forma interna y después ha de generarse la incubación de los huevos. Esto es, a fin de que las gallinas se reproduzcan debe haber un gallo. Tenéis que entender que son aves polígamas, por lo que no supone un problema que haya un solo ejemplar masculino para un grupo de hasta diez gallinas. Los gallos cuidan que las gallinas no se vayan con otros machos y las protegen de estos en todo instante. «Esto supondría un agobio para las aves, además de un despilfarro de energía», indican.
Es a lo largo de este periodo durante el que se dice que la gallina está clueca. Más allá de que es cierto que no es un accionar único, podemos decir que lo común es que la reproducción de las gallinas se realice en los meses menos fríos. La primavera y el verano son las estaciones en las que más procrean. O sea dado a que la temperatura es más satisfactorio y también a que disponen de mucho más horas de luz en todo el día. Seguramente que la mayoría de personas no lo tienen clarísimo. Nosotros solamente contamos con gallinas en nuestras huertas por lo que, como no había gallo, no se puede producir la fecundación.
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Cuando tengas los huevos deberás decidir si los vas a incubar de manera natural, debajo de una gallina, o utilizando una incubadora artificial. Para incubar un huevo naturalmente, precisarás tener una gallina que esté dispuesta a sentarse sobre los huevos durante tres semanas enteras. Si una gallina hace esto sin intervención humana, generalmente será una clueca de en torno a una docena de huevos.
