Esta guía fue dirigida a personas que no saben bastante sobre razas de pollos y les ayudará a reducir las opciones que existen para agradar sus necesidades. Afirma que por áhi fueron unos viajeros y si han quedau a dormí en el campo, y han dejau los lacillos ande han dormíu, y que el zorro se los había robau y se los había comíu. Y que los viajeros lu habían sacau al indicio al zorro y lu habían pillau y lu habían atau. Y dijeron que van a calentar en el juego el asador de fierro y se lu iban a meter por atrás, pa castigo. Y áhi lu habían dejau en la noche.
Y lu andará intentando encontrar tuavía. Que el tigre si ha quedau mirando ese bicho que jamás había visto, ese bicho tan feroz. Y que tenía miedo el tigre a ese bicho hojudo, que en su historia había visto esa clase de bicho. Campesina que ha concurrido a la escuela primaria.
Y empezó con las patitas a mover la cola para afuera. Y la sacó hasta la boca de la cueva y hasta el alcance del perro. Y el perro lu agarró al zorro de la cola y lo mató, lo hizo pedazo. Después vino el zorro y lo invitó al gallo a fin de que fuera a conocer su familia.
Que lo mismo lu iban a castigá. Y han calentau el asador de fierro y que se lu habían metíu por atrás y lu habían largau. Y que prácticamente si había muerto de mal, quemado. El tigre le había creido al zorro y lu había dehatau243. El zorro en el instante comenzó a atarlo con toda su juerza.
La ligereza también influye en la capacidad de conducir un pájaro. A ciertas aves no les gusta que las toquen o aun tener a alguien cerca de ellas, a otras no les importa y consideran a los humanos como amigos y una buena fuente de alimento. La siguiente tabla compara las razas de aves de corral que no vuelan con las antojadizas. Y fue así que un día la zorra se presentó en la casa del gallo y la gallina pidiendolés sus hijos como ahijados y al mismo tiempo para educarlos. Claro que el gallo y la gallina se interesaron pues esta señora educara a sus hijos.
Manuel José Victoria, 50 años. Santiago del Estero, 1970. Andrónico Gil Rojas, 60 años. Santiago del Estero, 1951. Puede leer los detalles ahora.
Diz que el tigre bramaba de íra, pero nu ha podíu hacer nada. El zorro ha comíu hasta el momento en que si puso panzón y ha seguío camino. Diz que el zorro que lu estaba mirando sin qu\’el tigre se diera cuenta. El tigre había cazao una vaca y la \’taba carniando.
Y áhi no mucho más la atacó a doña Juana y asimismo la dejó ciega. Diz que el gallo cuando ha visto que no volvía la gallina, si ha dao cuenta de todo con la desconfianza que tenía ya. Áhi afirma que afiló bien unas púas di acero que tenía y se las puso, y se fue. El gallo había síu de riña197. El narrador es director de escuela jubilado.
Puesto El Paraíso, Chacabuco, San Luis, 1968. Campesina nativa de estas altas mesetas. Delicia Zavala de Pérez, 25 años.
