Como Se Llama La Gallina Novia Del Gallo Claudio

Tiene astucia y sus reacciones a veces son desconcertantes. Es agua mansa, pero puede alborotarse y estás perdido. Es un valluno bravo pero de ninguna manera malo”.

Causa muchos estragos en el cosmos de Los Pequeños Looney Tunes, dando vueltas y rompiendo todo por cualquier lugar por donde pasa. Apollo a Fernando, tiene toda la razon, es frivolo matar a un animal para comer, pero podemos consultar todo tipo de brutalidades en los telediarios y nadie afirma nada. Y tengamos en cuenta que se emiten ese popular «horario protegido» que al mundo entero se la suda. Se recuerda de Claudio su muy particular resistencia al alcohol, lo que hacía que tomara como cosaco, en general ingentes cantidades de chicha, aguante que dejaba que se sostuviera en sus cabales más que el resto, asunto que lo cubría de cierta mística en esos círculos.

Nunca consigue apresar a Errores y siempre acaba lastimándose de alguna manera, de forma frecuente disparándose él mismo. Errores es un conejo súper genial y seguro de sí. Su mejor amigo es el Pato Lucas y adora las zanahorias. Su eslogan favorito es «¿Qué hay nuevamente viejo?» y se la afirma recurrentemente a Elmer Gruñón, su archi-némesis. La voz de Errores en inglés, la mayoría de las ocasiones, es de Jeff Bergman.

“Imaginaba exhibiciones de fotografías sobre el universo de las frutas y las verduras. Excelentes colores, escenas, depósitos llenos de naranjas de diferentes tonos, el contraste entre las papas de Idaho y las verdes paltas, aguacates, californianos. Los tomates ni qué decir, que eran la élite de los productos, con una sección especial de empaque por tamaños y colores. En esa enorme bodega de DC, a la noche, negros borrachos y perdidos, algún turco, algún latino, manipulaban lo que se serviría en las asambleas de embajadores, del jet equipo, de la CIA en Langley, a donde llevábamos cargamentos sin que nunca nos pidiesen identificación. A raíz del sida precisamente varios de los amigos de Ferrufino se dejaron la vida. Mucho más bien Claudio se remanga la raída camisa y se sumerge sin miedo a mancharse en el fango de las miserias de los inmigrantes que habitan a la sombra y a espaldas del Capitolio.

En solo unos cuantos años ahora era un virginiano mucho más. Luego el The New West Café le daría una oportunidad mucho más a su voluntad emprendedora y decidió asociarse en esta ocasión con un bosnioherzegovino migrado de la guerra, de esos que dejaron a sus mujeres haciendo crêpes en los campos de asilados, para intentarlo en aquella ocasión con sándwiches y sopas neoyorquinas. El negocio quedó atrás en la memoria, pero el acercamiento a la cultura eslava, bosnia y croata continuó con Claudio. “El estado policial y sus elementos”, llama Ferrufino a las normas impuestas, atribuyéndole virtud muy inusual y no universal, dejando salir a flote su sentido anarquista, prácticamente como inspirado en una obra dramática de Darío Fo. A Eggbert, hijo de Miss Prissy, con frecuencia se le llama Egghead Jr. Es un pollito chico con una cabeza grande.

Pepe Le Pew es un gran cautivador con un delicioso acento francés. Precisamente Pepe tiene una manera especial de llegarle a las mujeres, con lo que tiene siete ex esposas. De día, Pepe trabaja como planificador de bodas.

“Me semejan pajas que les sirven a unos; no a mí”, destaca. Trofeos tardíos asimismo van a ser, ahora pasados los cincuenta años, los nombrados premios Casa de las Américas y Nacional de Novela, algo tal como una justicia poética con su tenacidad. “Teníamos el ánimo desequilibrado y ahogábamos nuestras penas en trago. Ni adicciones a drogas ni problemas mentales, sino excesos… Las cosas que cuenta Claudio tienen la identidad de lo vivido… Él no mira, sospecha.

Perserverancia y empeño que lo han acompañado a lo largo de su proceso creativo, que emergen espontáneamente cuando pueden y donde tienen la posibilidad de, pues es de esos narradores que son capaces de protegerse con una escafandra que lo aísla de todo el mundo exterior en beneficio de su mundo inventado. Tampoco es supersticioso ni antojadizo en el ámbito, en tanto que almacena las manías para la estética no lineal de sus textos. Claudio no necesita andar de boina y barba crecida de dos días, ni flores amarillas como las que dice que requiere Gabo para entrar a las musas.

De esta manera, siendo yo un dirigente de oposición pero no coincidiendo con criterios de conjuntos de oposición, buena parte de estos campos vieron mis acciones como colaboracionismo. Los tíos se pasan el día tocando teta, y no las que ellos les encantaría sino más bien las de las vacas. Pero como son más inútiles que guardar las uñas de los pies en un cajón, ya que no sacan ni gota. Y claro, después de media hora estirándole las mamas a los pobres bichos estos se cabrean y los tipos encima se asombran.

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