La columna vertebral se distribuye en las partes cervical, torácica, lumbar y caudal. Todas y cada una de las divisiones de la columna vertebral, salvo la cervical, se caracterizan por la fusión de muchas vértebras entre sí. Esta particularidad de la columna vertebral provoca que el cuerpo de las aves sea inmóvil, lo que es primordial para el vuelo.
El elemento principal del esqueleto es la columna vertebral, compuesta por vértebras que se articulan que son ligeras y sin embargo fuertes. Las peculiaridades ajenas de los peces, las aletas, están compuestas o de espinas óseas o blandas llamadas radios, las cuales, a excepción de la aleta caudal , no tienen conexión directa con la espina. Estas espinas están soportadas por los músculos que componen la parte principal del tronco. Los huesos son órganos rígidos que forman una parte del esqueleto de los vertebrados.
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Vertebrados[editar]
Algunos huesos tienen cavidades repletas de aire, llamadas «neumáticas», socias a los órganos respiratorios. Esto hace que los animales que corresponden a este conjunto tengan una estructura similar con cabeza, leño, extremidades y cola (si bien algunos, como los humanos, la hayan perdido durante la evolución). Otra de las peculiaridades que cumplen los vertebrados es que tienen su cuerpo cubierto de alguna estructura que envuelve su piel.
La columna cervical es larguísima y muy flexible, pero la movilidad está muy reducida en la columna torácica y totalmente ausente en la columna lumbar. La columna cervical tiene la posibilidad de tener un número variable de vértebras (9-25). Aparte del atlas y el epistrofio, todas las otras vértebras cervicales de las aves son heteróclitas y tienen superficies articulares con apariencia de silla de montar.
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La respiración de los réptiles, además, es siempre y en todo momento mediante pulmones. Incluso los cocodrilos, las tortugas marinas y otros reptiles acuáticos respiran a través de estos órganos.
De hecho, se estima que el 90 % de los animales de la Tierra forman parte de los artrópodos. Viven en cualquier medio y tienen una estructura de protección que los recubre, patas articuladas y el cuerpo dividido a la cabeza, tórax y abdomen. El hidroesqueleto radica en una cavidad llena de fluido, celomática o pseudocelomática, cercada de músculos.
Las medusas y los pólipos como las anémonas y el coral son los primordiales representantes de este conjunto. A continuación veremos qué solución dio la biología a esta colosal pluralidad de especies animales, ya que entre las mayores pretensiones de esta ciencia es la de clasificar las distintas formas de vida que habitan la Tierra. Por este motivo, la biología ha dedicado muchos sacrificios a coger a todos estos centenares de cientos de especies y a dividirlas en diferentes grupos.
Asimismo conocidos como poríferos, las esponjas son animales sin aptitud de locomoción, ya que viven anclados a la área de rocas en el lecho marino. Son los invertebrados más fáciles ya que no tienen sistema nervioso ni cualquier otro tipo de órgano. De todas maneras, captan el alimento y el oxígeno mediante sus poros u orificios, donde tienen células diseñadas para esto.
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Los huesos del esqueleto son uno de los únicos tejidos que tienen una larga conservación en un amplio rango de condiciones físicas y químicas. La división en cráneo y esqueleto poscraneal (que incluye todas las partes del esqueleto, excepto el cráneo) asimismo es condicional.
Por ende, a pesar de que ahora de por sí el planeta nos parece un lugar impresionantemente variado de seres vivos, solo conocemos el 0’1 % del total de especies, pues de estos mil millones, actualmente conocemos poco más de 1 millón de especies. Sabiendo el número de bacterias (de lejos, las más distintas en cuanto a número de especies), el de plantas, el de hongos y el de animales, se estima que en la Tierra podría haber mucho más de mil millones de especies de seres vivos diferentes.
Cambiamos completamente de conjunto y entramos en el de todos aquellos animales que no tienen columna vertebral. Los invertebrados no tienen ningún esqueleto de adentro que permita su articulación.
Gracias a esto, las aves tienen generalmente un menor número de huesos que otros vertebrados terrestres. Las aves tampoco tienen dientes y tampoco una auténtica mandíbula, que ha evolucionado a un pico, considerablemente más ligero. Los picos de muchos polluelos de aves tienen una proyección llamada diente de huevo, que facilita su salida del huevo amniótico. Los cnidarios son invertebrados acuáticos muy fáciles sin la aptitud de locomoción activa, aunque ciertas especies sí que pueden moverse si son arrastrados por la corriente.
