Otros presentaban cintas largas y recias o filamentos anchos, distintos de las plumas de cualquier ave actual. El primer eslabón perdido que nos muestra el origen de las aves es el famoso Archaeopteryx, con rasgos intermedios entre las aves modernas y los dinosaurios con plumas. Las aves tienen muchas semejanzas al esqueleto de los dinosaurios, pues los fósiles de muchos de estos se han encontrado con sus plumas muy resguardadas, aunque asimismo aparecieron dinosaurios que tenían plumas largas y sus brazos en forma de alas, como los Anchiornis y Microraptor. Se estima que el dinosaurio de nombre científico Deinonychus, era el familiar mucho más cercano a las aves actuales, puesto que eran dinosaurios con plumas hoy en día ya extintos, que habitaron en la tierra hace precisamente 110 millones de años en el territorio Norteamericano. En los años 70, el paleontólogo de la facultad de Yale John Ostrom, pudo estudiar las inauditas similitudes entre el esqueleto de los terópodos y el de las aves.
Función motora asimismo más creada dado el avance experimentado en el cerebro de estos animales prehistóricos. Estos hallazgos se suman a un creciente conjunto de pruebas que sugiere que las considerables transiciones evolutivas suceden de forma gradual y no en un improviso. Mis Animales Revista sobre consejos, cuidados y todo lo relacionado al planeta animal. Esa fue el interrogante que varios se hicieron con determinada sorna cuando Darwin propuso su teoría de la evolución.
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Tema 20 Aves – Apuntes 20
Una vez que se dieron a conocer los primeros filamentos, solo habrían sido necesarias ligeras modificaciones sucesivas para producir plumas cada vez más complicadas. Los orgánulos celulares microscópicos portadores de pigmento, responsables del color en las plumas fósiles, parecen «salchichas y albóndigas», dice Jakob Vinther, de la Facultad Yale. Los que tienen forma de salchicha confieren el color negro, y los que parecen albóndigas, el colorado y el cobrizo. Las aves evolucionaron desde los dinosaurios, pero es posible que el origen de sus plumas se remonte aún más en el tiempo.
Podemos destacar que existe una relación mucho más fuerte entre los dinosaurios y las aves si prestamos particular atención a su esqueleto, ya que en su mayor parte el sistema óseo tiene semejanzas, singularmente en áreas como la quilla que es indispensable en las aves. La afición a la cría de aves como animales de compañía se remonta a mucho más de 4.000 años, este dato se asegura por el descubrimiento de distintos tipos de jaulas en los restos de viejas civilizaciones. Pero en los embriones de reptil, éstas sólo tienen activados los genes que hacen que medren las células cutáneas del borde posterior del disco, lo que establece transcurrido un tiempo la formación de escamas.
Dinosaurios Que Vuelan
La cualidad más auténtica de las aves, es que su contextura física no se ha modificado drásticamente, pese a haber surgido de miles especies diferentes, en diferencia a lo que ocurre con otro género de animales, en donde su cuerpo, alas, patas y aspecto físico han anunciado algunos cambios, si bien no son tan extremos. Lo que quiere decir que en un comienzo las alas no eran utilizadas para volar, sino en un principio les sirvieron para sostener la estabilidad y después de ayuda para evitar caídas precipitadas. Al extinguirse los dinosaurios, ciertas de estas especies lograron sobrevivir a aquella catástrofe y su descendencia fue la que hizo posible el origen de las aves que están presentes hoy en día en todo el planeta tierra.
El fotógrafo Robert Clark muestra en esta galería de fotos la maravillosa diversidad de las plumas y sus orígenes prehistóricos. Las novedosas técnicas de análisis paleontológico han permitido reconstruir la evolución de la peculiar anatomía aviar. Los resultados indican que los atributos propios de las aves surgieron gradualmente en el curso de decenas y decenas de millones de años, si bien con objetivos muy distintos a los presentes. Así pues, las alas no serían en sus comienzos una herramienta para volar, sino poco a poco, desde los miembros delanteros, se habrían adaptado primero para equilibrar a estos animales, después para permitir una caída amortiguada, más tarde un ligero planeo y al final el desarrollo evolutivo llevó a los descendientes de estos animales a volar. El estudio del origen de las aves comenzó paralelamente con las publicaciones de Darwin.
Hasta recientemente no se conocían las peculiaridades de los huevos de los terópodos no avianos, puesto que no habían hallado ninguno con restos embrionarios. Desde un hallazgo en el desierto de Gobi se obtuvo la primera prueba morfológica de estos huevos y transcurrido el tiempo el hallazgo fue mayor. A partir de estudios, científicos llegaron a la conclusión de que la manera general y la estructura de la cáscara, compartía rasgos recurrentes con los huevos de las aves modernas. Dueño de un cuarteto de largas plumas en forma de cinta, con barbas preparadas en un chato, Epidexipteryx, del tamaño de una paloma, podría ofrecernos el primer indicio de un plumaje de exhibición en un dinosaurio. Su extravagante plumaje debió de ser prácticamente inútil como medio de aislamiento o para el vuelo, pero es posible que sirviera para atraer al sexo contrario o a fin de que los individuos de la especie se reconocieran entre sí. Respecto a la evolución de las aves, hace cierto tiempo que entendemos que descienden de los dinosaurios y que, en verdad, son un género de estos reptiles.
Tras este hallazgo de los griegos, los loros han comenzado a convertirse en aves muy apreciadas. Una perdiz chucar aletea agitadamente en el laboratorio de vuelo de la Universidad de Montana. Los estudios revelan que antes que un pollo sea capaz de volar, su aleteo funciona como los alerones de un vehículo, empujando su cuerpo hacia abajo y ganando adherencia al escapar de un depredador por una cuesta empinada. Guarda mi nombre, e-mail y web en este navegador para la próxima vez que comente. Poseen una mandíbula inferior compuesta por 5 o 6 huesos, estas fueron sustituidas por picos. Los cráneos de los dos se unen a la primera vértebra del cuello mediante una articulación con forma de bola, el cóndilo occipital.
