Cuando Llevar Los Huevos A Santa Clara

Es conocido que en las fechas cercanas a la celebración de una boda los novios cumplen con la tradición de dirigirse a un monasterio de orden franciscano para llevar a cabo distribución de huevos a las monjas que allí residen. Una vez hecho esto los novios piden a las mismas que recen a Santa Clara de Asís para rogarle que no llueva el día que se realice la celebración de la boda. Existe una tradición consistente en llevar doce huevos al convento de las Clarisas con la intención de que no te llueva el día de tu boda. Un ritual que se remonta a la Edad Media y que tiene cierta relación con la meteorología.

Omaechevarría; los productos periodísticos que se habían anunciado en el mes de agosto de 1993 en la prensa de Cantabria, Galicia, León y El País Vasco, con ocasión del VIII centenario, y las respuestas de los cuestionarios que se habían recibido de treinta y cinco conventos de clarisas. Anteriormente, la presencia de lluvia en una boda se consideraba un mal augurio para la novedosa familia. Un tiempo de desgracias que harían plañir a la novia a lo largo del resto de su historia. En otras oportunidades, los vaticinios convertían a la novia en un individuo vaga, sucia y manirrota.

Meteorología Habitual: La Tradición De Ofrendar Huevos A Santa Clara

Las clarisas franciscanas del 93 deseaban que se sostuviera la tradición original y no estaban de acuerdo en que se desvirtuara ésta con ofrendas de huevos para resolver inconvenientes extraños al mismo tiempo atmosférico, como comenzaba a hacerse en ciertos sitios. Las necesidades de buen tiempo más numerosas eran para celebraciones matrimoniales y había, en 1993, cuatro monasterios (Estepa, Úbeda, Molina de Aragón y Benavente), en que únicamente aceptaban ofrendas de huevos para bodas. En los restantes, que representaban el 90 por ciento del total, se pedían asimismo para todo tipo de celebraciones de carácter colega-religioso, como primeras comuniones, bautizos, bodas de plata y de oro, procesiones…

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En ocasiones, las docenas eran de trece huevos y entonces se las llamaba docenas del clérigo o docenas del fraile. En 1958 el Papa Pío XII la declaró patrona de la televisión y de las telecomunicaciones.

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Con lo que era ella quien se veía en la obligación de encargarse de que esto no ocurriera. Recibir un correo electrónico con los próximos comentarios a esta entrada.

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Los contemporáneos han revitalizado esta costumbre ancestral y desde el año 1993, año en que cumplió el octavo centenario de su nacimiento, la tradición de llevar huevos a un monasterio de Santa Clara antes de una boda se ha popularizado. Para esto los contrayentes tienen que conocer a las clarisas y ofrendarles con huevos. Aunque lo habitual es que se entreguen 2 o más docenas, también se dice que estas deben se de trece huevos. Hemos hablado con las clarisas y apuntan que lo esencial es el ademán de la ofrenda mucho más que la cantidad que se lleve al monasterio.

Prácticamente veinticinco años después, en 1993, año del octavo centenario del nacimiento de la Santa de Agarráis, la tradición ya había cambiado bastante. Varios conventos de clarisas se habían cerrado por falta de vocaciones juveniles, pero la costumbre se había revitalizado.

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En el caso de regiones como Sevilla la distribución de los huevos se daban sitio en el Monasterio de Santa Clara, composición considerada la segunda más vieja de la ciudad. Si quieres recibir mucho más consejos y también ideas para tu boda y no perderte ninguna de las noticias de Lluvia de ArrozSUSCRÍBETE AL BLOG, además de esto, al inscribirte recibirás “el calendario de vuestra boda”, con todos y cada uno de los pasos que debéis proseguir a la hora de organizar vuestra boda perfecta. No obstante, como en otros muchos campos de la sociedad, “este año, como es atípico para todos por la pandemia, no es posible.

Las docenas de huevos empezaron a entregarse en muchos casos a los centros beneficiosos de caridad más cercanos al oferente, atendidos por otras instituciones religiosas. Habitualmente por el momento no se visitaba a las monjas, sino se les comunicaba la fecha en que se deseaba la confía del buen tiempo y se les hacía llegar una limosna como compensación de las visibles. En el momento en que estos encargos telefónicos, telegráficos o epistolares venían de muy lejos, las propias clarisas sugerían que la ofrenda de huevos, o su importe, fuera entregada a los pobres.

Hay quienes aseguran que ha de ser nuestra novia quien lleve los huevos y quienes aseguran que debe ser alguien cercano a los novios quien los ofrezca. En algunos lugares se habla de doce huevos y en otros de un par de docenas, e incluso de entidades impares . Con los años la tradición fue evolucionando y muchas familias empezaron a sugerir no únicamente una docena, sino más bien hasta 3 o 4 docenas de huevos, aun hay quienes comentan que hay que llevar 13 huevos. En relación a quién debe ser el responsable de sugerir los huevos hay múltiples ediciones, unos comentan que la propia novia y otros que las amigas.

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Fue ella la primera mujer que, bajo los estatutos de San Francisco, creó una regla monástica en la Edad Media. Aparte de ser patrona conocida de distintos sectores, es considerada patrona del bien tiempo, a través de esta tradición que, si bien su origen se desconoce, sigue siendo practicada por miles de novias organizan el más destacable día de sus vidas. Llevando huevos a Santa Clara no dejará de llover, aparte de que se cree popularmente que requerimos los huevos para hacer repostería, y eso tampoco es cierto». En Cataluña se había iniciado una nueva ofrenda que no tenía que ver transcurrido un tiempo atmosférico.

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Era la de las niñas que llevan el nombre de Clara y que se presentaban a la Santa en cualquiera de sus monasterios, portando un cestillo con huevos. Informaban asimismo las monjas de que no existía ninguna oración ad hoc, con texto predeterminado por la Orden que aludiera al buen tiempo.

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