En ese instante añadiremos la mezcla de huevo bajando la potencia del fuego a media-baja intensidad. La tapa de la sartén asegurará que la parte superior de la tortilla se cocine.
Buenas opciones tradicionales son setas, jamón, beicon, queso, gambas o cebolla caramelizada. En cuanto al material, necesitaremos un cuenco o plato hondo para batir, un tenedor, una sartén antiadherente de buena calidad y, opcionalmente, una espátula. Las varillas son opcionales, pero jamás eléctricas. En cuanto al tamaño de la sartén, se aconseja un diámetro de unos cm para una tortilla de 2 o tres huevos.
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Añadir Agua A Los Huevos
Calentar una sartén antiadherente a temperatura media-alta y añadir la mantequilla, distribuyéndola por todo el fondo. Bajar la potencia a medio-baja y echar la mezcla de huevo batido, extendiéndola bien. El tiempo final va a depender del gusto, la capacidad del fuego y el tamaño de los huevos, si bien no debería llevar más de uno o 2 minutos.
La técnica donde coinciden chefs y expertos en cocina francesa como Julia Child o Jacques Pépin, radica en no dejar de remover la propia sartén. Child no requiere tocar los huevos, pero es mucho más simple llevarlo a cabo para ayudar a conseguir esa textura especial.
De Qué Forma Realizar Una Tortilla Francesa
Si nos gusta muy jugosa lo hacemos en cuanto la parte en contacto con la sartén está cuajada aunque el resto de esté sin llevar a cabo, una vez clausurada ofrecemos la vuelta instantaneamente, dejamos que se haga medio minuto mucho más y retiramos. Echamos los huevos batidos y cubrimos todo el fondo. En el momento en que la parte inferior ha cuajado doblamos la tortilla a la mitad con el apoyo de una paleta de cocina muy fina. Hacemos una especie de media luna y aplastamos sutilmente con la paleta.
Con el envés de un tenedor, con una cuchara de palo o con una lengua lo vamos a remover y mover enérgicamente hasta que se lleve a cabo una suerte de huevo revuelto pero no cuajado sino más bien cremoso. El aceite, no se debe añadir bastante, con una cucharada basta.
Si disfrutas muy esponjosa puedes añadir algo de leche al batir los huevos, precisamente una cucharada por cada 2 huevos. Esto dio lugar a que se empezaran a preparar tortillas simples, sin patatas que, de forma jocosa se empezaron a llamar «tortilla francesa», y poco a poco esta receta se fue extendiendo al mundo entero.
Retiramos a un plato y servimos instantaneamente. Si te resulta más fácil, puedes enrollarla por los 2 extremos, de forma que te quede como un rollito de tortilla. No desesperes si no te tiene éxito a la primera. Cuajar agitando la sartén de arriba hacia abajo y con movimientos circulares, removiendo al tiempo la mezcla de huevo, y raspando los bordes para llevarlos hacia el centro.
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Los aderezos primordiales se tienen la posibilidad de dejar para el instante de servir. Las tortillas que cocinaban en Francia eran mucho más delicadas, esponjosas y jugosas, poco cuajadas, servidas dobladas como medias lunas, o enrolladas. Las españolas, patatas aparte, solían ser redondas, más secas y gruesas, cocinadas por ambos lados y algo toscas. Pero también entendemos que, siglos antes, se preparaban cuajando poco los huevos para conseguir texturas agradables.
El truco para que nos quede una tortilla perfecta es no tener el fuego muy alto. En mi caso tengo vitrocerámica y la pongo en una temperatura media.
En Cocina Casera te contamos el pasito a pasito de esta deliciosa receta. Batimos uno o 2 huevos con una migaja de sal sin llegar a realizar espuma, ya que si no perderá jugosidad.
En realidad, no es necesario ofrecer la vuelta a una tortilla para que se cocine completamente. No me gusta el gusto de los huevos pasados sobre la tortilla, y sé cómo hallar que los huevos se cocinen por encima sin proporcionarles la vuelta.
