El Reloj Corria Como Gallina Renga

Pero si bien mi conocimiento de Dylan Thomas facilitaba la tarea, asimismo proporcionaba la medida precisa de su contrariedad. Tenia ahora traducidos unos pocos poemas, los que mejor se avenían con nuestro idioma, los mas «castellanizables». ¿Pero que hacer con esos otros en los que jugaban modos particulares de rima, de aliteración, de respiración, de equilibrio estudiado entre vocales y consonantes?

¡Qué iba a tener permiso el cura picarón! Era una historia que había inventado para far l\’América,y atestar pronto el bolsillo aunque se fuera al infierno derechito; tantas ganas tenía de volverse a su tierra a comer pulenta y macarrones. Se rió contentísima, y me dio la mano que me apretó bastante, con los ojos medio llorosos. La gringa había aguardado para retrucarme el cumplimiento, pero con toda baquía me dejaba un juego lindazo para mis intenciones… Entonces principié la vida gordita, las grandes conversas y beberaje con los marchantes, las jugadas al mus, al truco y a la taba, las payadas y guitarreos, los viajes de un día, hasta el Pago, en el overo maceta.

El que ahora persigue va a deber contar hasta cinco antes de perseguir al otro jugador. LES ESTACAS Comienza el primer jugador clavando su estaca en el suelo. El resto de los players tirarán por turnos e procurarán quitar la estaca clavada del primer jugador.

En el momento en que después de un proceso semejante se vuelve al hombre como sujeto final de la poesía, la mirada abarca una dimensión más extensa. De vuelta de ese diálogo entre la conciencia poética y la experiencia real, el poeta entra en una relación diferente con el ser. Nos encontramos en el tercer período de su poesía que algunos críticos han llamado la «etapa humana». Y esta denominación tiene su razón de ser. Dylan se instala en sus límites de hombre, hace una profesión de fe prácticamente panteísta, procura adueñarse de la raíz sensual y la savia de la vida. Aquella activa que operaba desde lo sexual, desde los polos útero-tumba, se ha transformado, pues el poeta se reconcilia aquí con los hechos incuestionables de la mutabilidad y la desaparición.

Se asegura que la poesía de Dylan Thomas está cargada de metáforas. De este poema ha dicho Mervin que se trata de la narración de «un amor antiguo desesperado y estéril». Aparte de enunciar hechos y elementos de la vida diaria en una granja, representa la condición del hombre antes de su despertar a la conciencia. Aquí te concibe el amor dentro de la desaparición, y luego triunfa una suerte de rito de renacimiento. El hijo que se resiste a nacer realizando sufrir y la madre que lo impulsa al nacimiento, aun conociendo que va a ser él quien ha de sufrir. Uno de los mucho más típicos ejemplos del simbolismo freudiano del segundo periodo en la poesía de D.T.

Y hay cien cigüeñas que se posan sobre la mano derecha del sol. Con la carne reseca y la tierra por lecho y atavío. Que llevaba un hombre pájaro o algún espectro conversado.

Según Edith Sitwell el símbolo se referiría aquí al horror del hombre ante el vértigo y la disparidad de la vida. Ángel destructor, la muerte con apariencia de serpiente. En su declinación, Hércules es seguido por Escorpio y las víboras , el sol desplaza hacia el sur, hacia la constelación de Ara a la luz nocturna (luz de búho).

«El pecado con forma de mujer» o la «carne contrincante» detallan con claridad la idea básica que no se difumina a pesar del increíble y hermoso cúmulo de metáforas. Se asegura en este soneto la imposibilidad de la vida, la sola existencia del sacrificio y de la desaparición. Se interrumpe la narración de Hércules y el poeta pasa a elaborarse preguntas sobre la chispa del origen, sobre el principio del hombre.

No da en el poema ninguna indicación convencional de que hablamos de un diálogo. El crítico Eider Olson sostiene que esto no es únicamente deliberado sino además de esto estudiado. Fraser afirma en cambio que, por la edad en que el poema fue escrito, no puede haber sido propósito hasta ese punto, ya que el mismo poeta era uno de aquellos muchachos del verano. En la última parte el crítico recalca que los tipos terminarán en la ruina, destruidos por el gusano que habita en todos y cada hombre.

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