Lo más importante para los huevos es que no sufran cambios de temperatura muy grandes e incluso extremos. Una vez en el hogar, que se contengan fuera o en el refrigerador es dependiente de las condiciones de cada rincón.
Porque es precisamente la región de el frigorífico donde más inestable es la temperatura, gracias a la constante apertura y cierre. Conque es aconsejable dejar las hueveras en uno de los estantes, donde hay menos variaciones térmicas. ¿Y qué hago si me los deseo llevar en una ensaladilla para disfrutarlos en un picnic?
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Esto, no solo significa que estén más ricos y preserven sus características de una forma mejor, sino que también son menos proclives a ponerse en estado deplorable. Y, para conservar la lozanía de los huevos a lo largo del mayor tiempo posible, las temperaturas bajas son más adecuadas. Evita las oscilaciones de temperatura y colócalos en la parte alta del frigorífico. Los huevos pertenecen a nuestra dieta desde tiempos inmemoriales.
La salmonela es una bacteria que está en el sistema digestivo de los animales de sangre caliente y solo es dañina en el momento en que va a parar a su carne, que es lo que acabamos comiendo. Los síntomas son por lo menos desagradables -mareo, diarrea, vómitos-, pero pueden llegar a causar aun la desaparición en personas con el sistema inmunológico desgastado.
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De esta forma, cuando cocido los huevos, tienes que guardarlos en el frigorífico máximo dos horas después; y, como bien se ha dicho previamente, mejor con la cáscara. Solo sácalos del refrigerador en el momento en que vayas a consumirlos, no lo hagas anticipadamente. Esto, si bien logre parecer contradictorio, tiene una explicación, que se basa en los cambios de temperatura. En el momento en que los alimentos pasan de frío a calor, se acostumbra condensar agua en la área.
Por eso es aconsejable no consumirlos si no están a la perfección cocidos, singularmente en el momento en que se utilizan para comidas que se llevan al campo o a la playa. Si se echa mayonesa, lo recomendable es que sea industrial, que tiene -o debería tener- todas las garantías sanitarias. Claro que las cosas han cambiado bastante y por el momento no hay tantos problemas como antes, porque se han tomado varias medidas para mitigar esos efectos. Un fallo frecuente, del que son en parte culpables los fabricantes de ese electrodoméstico, es colocarlos en la puerta, que frecuenta tener un departamento específico para ellos.
Aquí no van a experimentar cambios extremos, especialmente durante los meses de verano. Sin embargo, el resto del año, se podrían conservar en una huevera fuera del refrigerador. Si quieres consumirlos calientes, retíralos de el frigorífico y caliéntalos con la cáscara en una olla con agua caliente, luego pélalos y sírvelos en el plato para su consumo inmediato. No lo hagas en el microondas, por el hecho de que podría formarse una acumulación de vapor dentro de la cáscara y llevar a cabo reventar el huevo.
Lo hacemos automáticamente, sin cuestionar si somos nosotros o los del súper los que puedan estar haciendo algo mal. Pero lo cierto es que tanto el que guarda los huevos en el frigorífico como el que los deja a temperatura ambiente está actuando de forma correcta, si charlamos de higiene alimentaria, claro. Tal como cuenta Luis Riese, directivo general de la asesora de seguridad alimenticia SAIA , mientras el huevo esté a una temperatura inferior a los 25ºC puede conservarse de manera perfecta a temperatura ámbito. De todas formas, ante la duda es mejor que estén en la nevera pues la pequeña capa que resguarda al huevo en su interior, la cutícula, se puede romper por los cambios de temperatura.
Cuando las temperaturas son altas, más que nada en primavera y verano, hay que tener precaución con su punto de cocción, sobre todo en lo referente a las tortillas, y nunca dejarlas al aire si no se marchan a consumir en el momento. La primera, cerciorarse al comprar los huevos en el punto de venta de que no están rotos ni tienen ninguna fisura en la cáscara.
Al ser unos alimentos bastante delicados en lo que se refiere a su conservación, tampoco es recomendable dejar pasar la fecha de consumo preferente que viene indicada en el envase y en todos y cada uno. Para asegurarnos en la mayor medida de que no cometemos ningún error a la hora de preservar los huevos desde el momento en el que los adquirimos hasta el momento en que los comemos, se tienen la posibilidad de continuar ciertas pautas en general. Por este motivo, los huevos no se refrigeran desde el instante en que se recogen hasta que llegan al hogar del consumidor, para no someterlo a varios cambios de temperatura que provoquen estos riesgos que pueden derivar en una intoxicación grave. Los huevos son muy sensibles a los cambios de temperatura y la puerta de el frigorífico es la región más expuesta a estos cambios toda vez que abrimos y cerramos la puerta.
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Una vez vayas a comerte el plato, pela los huevos y añádelos a la receta. Y, recuerda, mejor trasladarlos en una nevera portátil, al igual que la ensaladilla, para evitar romper la cadena de frío.
Una vez resuelta esta duda, hay otros errores alrededor del cocinado, conservación y consumo del huevo duro que merece la pena entender. Lo primero es saber que, exactamente la misma el resto de preparaciones, no debe permanecer mucho más tiempo de lo necesario a temperatura ambiente.
