Guiando a estas aves con un sistema de microluces y entendiendo mejor sus hábitos de vuelo, los investigadores piensan que podrían repoblar esta especie en Europa, casi eliminada por la caza. Si tienes un artículo atrayente y deseas que lo publiquemos en Naukas como colaborador invitado, puedes ponerte en contacto con nosotros. Veamos primero, muy someramente, qué provoca que un ave vuele, en tanto que este será el punto de partida sobre el que vamos a poder comprender las virtudes de la formación en V. Toda vez que un ave sale de la formación, siente en el instante la resistencia del aire y se da cuenta de la contrariedad de llevarlo a cabo solo.
Por contra, aquellas que volaban de manera directa detrás del pájaro de enfrente (no en formación de «uve») batían sus alas fuera de fase, para reducir los efectos de la amenazante corriente descendente de las alas del líder. «Al volar en capacitación en V –detrás y al lado del ave antecedente–, las que que van detrás agitan susalas en etapa, lo que les permite tener un impulso extra», enseña el estudio. Por contra, aquellas aves que vuelan de manera directa detrás de la mucho más adelantada baten susalas fuera de fase, lo que minimiza los efectos de la corriente descendente en menoscabo de las alas del líder. «Estos descubrimientos señalan que las aves tienen una destacable aptitud de sentir y predecir los patrones de las turbulencias del aire ocasionadas por multitud de compañeros próximos», apunta la investigación. Estos hallazgos señalan que las aves tienen una destacable aptitud de sentir y predecir los patrones de las turbulencias del aire causadas por multitud de compañeros cercanos, cuentan los estudiosos.
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Pudo de esta forma constatarse que cuando estas aves vuelan en la habitual formación en V, el ritmo de los latidos de su corazón descendía un 14% y daban menos aleteos que cuando volaban solos. Hay una historia de historia legendaria sin pruebas reales que dice que, a lo largo de la II Guerra Mundial, los bombarderos aliados descubrieron que ahorraban combustible al volar en V. Años después, la ingeniería aeronáutica confirmó las virtudes de esta formación. Pero las aves migratorias ya venían haciéndolo mucho antes que los humanos soñaran incluso con volar. Ahora, una investigación revela cómo los pájaros aprovechan las leyes de la física en su provecho.
Los ibis aprovechan de este modo la aerodinámica y la mecánica clásica de Newton. Para mantenerse en el aire, los aviones cumplen con la Tercera ley de Newton o Ley de Acción y Reacción. Sus alas cortan el aire, el que va hacia abajo (downwash en la jerga aeronáutica) permite la sustentación al corresponderle una fuerza igual (según aquella tercera ley) con el aire que va hacia arriba . Al volar en V, las aves que van detrás se aprovechan del upwash creado por la precedente para achicar su gasto energético. Al situarse en esa capacitación, las pájaros aprovechan la corriente de aire que crea el animal que va delante, con lo que ahorran energía y, por tanto, se esfuerzan menos. La composición en forma de V y el aleteo sincronizadoque caracteriza a diversas aves cuando vuelan en migración, en ocasiones de una precisión extraordinaria, es una herramienta que les contribuye a realizar el viaje mucho más llevadero.
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Las formaciones en V sirven para preservar energía, cada ave al batir sus alas genera una corriente en el aire que ayuda al que va detrás a ganar impulso y aumenta prácticamente al doble su aptitud de vuelo, en comparación con una que vuela sola. «Esto puede ofrecer algo así como un viaje gratis para el ave que viene detrás». Es la primera oportunidad que se efectúa una investigación con estas peculiaridades.
No obstante, hay otras aves que, cuando vuelan en conjunto, no lo hacen en esta predisposición con apariencia de V. Poseemos los gorriones, estorninos, colibríes o palomas que vuelan agrupadamente pero sin una predisposición ordenada. Por su parte cigüeñas, grullas, flamencos o pelícanos lo hacen en V. Pero, a diferencia de los aviones, las alas de los ibis no son rígidas.
Parece claro pues que, cuando vuelan en esta clase de predisposición precisan menos elementos para mantener el vuelo, pero por qué, qué tiene este género de capacitación para ser mucho más efectiva. Tanto los ánsares como otras aves migratorias se caracterizan por volar en una formación que, observada desde tierra, recuerda a una V. Las aves fueron analizadas en un trayecto entre el zoo de Viena , donde habían nacido, y la Toscana . Previamente habían sidoentrenadas para seguir a un ultraligerocomo parte de un programa de conservación.El estudio grabó la posición de las aves, su agilidad, rumbo y cada aleteo durante un periodo de 43 minutos. No resulta fácil conseguir datos sobre estas aves, ya que, cualquier adminículo electrónico que se les adose para monitorear su vuelo, constantes vitales, etc. resultará poco menos que imposible de recobrar.
Develado el secreto de la formación en V, aún quedan muchos otros por conocer. ¿Por qué las aves migratorias mucho más pequeñas no prosiguen exactamente el mismo patrón? Cuando menos la ciencia ahora ha explicado la magia que se esconde tras esa formación. Y, sin embargo, proseguirá siendo mágico observarlos partir en V cada fin del verano.
