Que Significa Infame Turba De Nocturnas Aves

El cisne para Rubén Darío simbolizaba la muerte en la primera época, al paso que en el final significaba la duda. Para Antonio Machado el agua en reposo representa la desaparición y el agua que fluye es la vida. Rincón, experiencias y sensaciones asociadas, ambientadas, transmitidas y amplificadas con la árida escenografía de Susana de Uña y la sobria iluminación de Roberto Cerdá, tal como con el original y sutil trabajo con diferentes elementos de Leticia Alejos y Vera González. Juntos alcanzan una vibrante emocionalidad que no cae en ningún instante en la sensiblería, la catástrofe o el estoicismo; y que establece puentes entre la literatura y la verdad, pero que respeta también los límites y fronteras entre una y otra dimensión. Toda narración literaria nos propone saltar de la realidad donde estamos a este lado del papel o de la pantalla a la que nos ofrece su escritor, una transición que puede tener etapas intermedias si el autor expone de qué forma se documentó o tropezó con las coordenadas hasta las que nos traslada. Si este es el caso, su posterior adaptación -cinematográfica o escénica- puede jugar con esos engarces de manera metaliteraria tanto para desarrollar su propuesta como para aproximarnos a aquella ficción de una manera que nos lleve a cabo conocer y percibir matices antes no captados.

No relata directamente aquello a lo que tiene relación, sino lo elude mediante otra palabra o rodeo de palabras. Que supone el juego con los diferentes significados de una palabra. Repetición de un sonido o de varios iguales o próximos en un verso, estrofa, período… Oralidad que acompaña y se complementa con la representación de sus expresiones en el centro del ámbito. Ahí Miguel Álvarez y Xisca Ferrà interpretan a esa joven pareja que escapa del horror y que, a lo largo de una hora de función, silentes pero formidablemente expresivos, recorren entre estaciones, estadios vitales, pretensiones humanes y situaciones para las que uno jamás está preparado, pero a las que aun de esta manera es capaz de confrontar. El Teatro del Vecindario de La capital de españa estrena la temporada dándonos la posibilidad de disfrutar nuevamente de 1940.

Infame Turba

Infame turba de aves nocturnas nos enseña el seno obscuro, lecho caliginoso, ser de la negra noche. Tenemos la posibilidad de incluir toda figura que, como el símil, la metáfora, la metonimia, la sinécdoque o el símbolo, consista en la sustitución de un término real por otro imaginario. Sin embargo, solemos reservarlo a aquella substitución que no se ha basado en una relación objetiva o correo aceptada culturalmente, sino más bien en algún elemento irracional. Aunque todo lo anterior no me es impedimento para rememorar, para no olvidar, para tener muy presente aquella II República que trajo a nuestro país un periodo de tiempo de modernidad, libertad y justicia increíble para su tiempo.

Manuscrito encontrado en el olvido, excelente adaptación de Tolo Ferrà del segundo capítulo de Los girasoles ciegos, el conocido título de Alberto Méndez. En la prosificación hemos eliminado el «lo» anafórico de «nos lo enseña» pues pierde el sentido al reordenar la frase. En el poema, «lo» reemplaza a «ser de la negra noche» (compárese con «el coche te lo enseñaré el día de hoy» / «el día de hoy te enseñaré el coche»).

Crítica De La Obra Teatral \’400 Días Sin Luz\’: Un Siglo De Sueños

Cito a Cernuda por el hecho de que lo evocaba nuestro Cobos Wilkins, con ocasión de la visita a Huelva del poeta sevillano – algo poco conocido entre nosotros-, subyugado por la hermosura del Conquero -entonces – como de otros amores menos confesables en aquel tiempo. Citaba el verso en el momento en que cenábamos en la casa de Bernardo Romero, que asimismo ha estrenado libro, La vida simple, bajo un fragante limonero, que ocasionalmente desprendía sus aromáticos y contundentes frutos, en una noche de crímenes rememorados con estupor y escalofrío y una visita misteriosa que nos dejó a todos sorprendidos y también intrigados. Al usar expresiones de sonido muy semejante, pero diferente, y con concepto muy distinto se genera un contraste de enorme efectividad expresiva. Los medios, un día sí y otro también, hablando repetidamente de la prolongada imputación judicial, la equiparación popular que se hace entre imputado y culpable, la mínima difusión de la absolución posterior en su caso, o la cuenta de esta como corrupción judicial, hace una percepción popular de la corrupción mucho mayor que la real.

Se amplió la reconversión agraria, se le dio el voto a la mujer, se aprobó la ley del divorcio, la educación se transformó en universal y se desarrolló en un sistema que ya quisiéramos para el nuestro de hoy. La II República fue, claramente, entre los periodos mucho más asombrosos de la historia política del siglo XX en nuestro país. Allí su mujer se puso de parto y comenzó una aventura de soledad y temor, pero también de un delicado y sincero lirismo referenciado en nombres como Garcilaso de la Vega, Góngora (de ahí el verso que da título a esta crítica) y Lorca. Emociones y vivencias a las que Lidia ha insuflado -con la compañía del espacio sonoro y la música de Odin Kaban– tanto de vida como de autenticidad con su íntima y emotiva expresividad.

Y aún mucho peor, ni el título ni el verso que a través de la bandada de aves detalla la obscuridad de la caverna me viene a la cabeza para aludir a los presuntos delincuentes de la macrorredada, sino a sus captores. No hablo estrictamente de los guardas, sino del complejo jurídico-policial-mediático que trata la detención de unas personas con la ostentación y la retórica de un nuevo triunfo, frente al enemigo secular, del La capital española de Benzema. Asimismo es penoso que nuestros estudiantes ignoren, y esto lo digo con verídica indignación, quien era, que fue y lo que significó Franco para este país, lo que significó el golpe para derrocar al gobierno de 1936 y la destrucción de la II República.

que significa infame turba de nocturnas aves

La acción se desarrolla en una gruta situada en lo alto de un picacho, una caverna profundísima y obscura en donde anidan los murciélagos, esa “infame turba de nocturnas aves”. LEO, y sobre todo veo, las primeras noticias sobre lo que llaman la macrorredada y me viene inmediatamente a la cabeza «infame turba». No se trata del verso de Góngora, Infame turba de nocturnas aves, que olvidé con el colegio y mi venerada Sara Freigido, profesora, y literatura ella misma, sino más bien del inexorablemente más banal título de aquel libro de entrevistas de Federico Campbell que tan gloriosamente adjetivaba a nuestra gauche divine.

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