La evolución de esta clase autóctona de África es la razón de sus patas kilométricas y musculosas y de sus inmensos pies. Gracias a ellas es un auténtico Usain Bolt, el hombre más veloz del planeta. Si se lo ofrece, llega a superar los 70 km/hora, usando sus alas para mantenerse equilibrado o defenderse frente algún ataque. Podríamos seguir hablando largo y tendido sobre las causas que propiciaron que estas aves renunciaran a su capacidad de caminar los cielos. Pero otra cosa bien diferente es ponerse de acuerdo a la hora de determinar en qué momento de la historia ocurrió similar metamorfosis. Según un descubrimiento de fósiles, todo apunta a que en la época del Mioceno ya existían seres de esta manera, o por lo menos con características similares a las aves que no vuelan recientes.
Existen cuatro especies de avestruces, que se encuentran distribuidas por diferentes zonas de África. Se encuentran más que nada en las aguas ribereñas de la Antártida, Nueva Zelanda, el sur de Australia, Sudáfrica, las Islas Malvinas, Ecuador, Perú, Chile y Argentina. En las zonas tropicales se encuentran en determinadas zonas de corrientes de agua fría, como en la costa oeste de América del Sur con la corriente de Humboldt, o en Sudáfrica con la corriente de Benguela. La mayoría de las especies están ubicadas entre 45 y 60 grados de latitud sur, al tiempo que el mayor número de ciudades están alrededor de la Antártida y en las islas próximas.
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Aves Que No Vuelan
La principal diferencia anatómica entre un ave que sí vuela y otra que no es el tamaño de los huesos de sus alas (mucho más pequeños en los que no tienen la posibilidad de volar). Además de esto, las no voladoras no presentan la quilla en el pecho –que deja mover los músculos pectorales en el aire– y sí cuentan con más plumas en su cuerpo, ya que no necesitan reducir el peso para elevarse. Como no pueden volar, han creado patas fuertes y puede correr hasta 89 km/h. Durante sus carreras, las alas ayudan al avestruz a ganar impulso y también sirven para confundir a los predadores con golpes.
De este modo, los kiwis también tienen el hueso del esternón chato, careciendo de quilla. No tienen quilla en el pecho, este hueso les ayuda en el avance de su musculatura y deja que las aves voladoras alcen su vuelo. Sus alas tienen huesos mucho más pequeños, pesados y macizos que los de las aves voladoras. Las aves actuales y pretéritas se forman en los superódenes Palaeognathae y Neognathae. Se admite que la rama Neognathae se dividió antes de terminar el Cretácico, en el momento en que evolucionó el clado basal Galloanserae . Un óptimo número de aves colosales no voladoras, surgió de las Gruiformes o grupos similares.
Una Especie Símbolo De Novedosa Zelanda, El Kiwi
Bastante torpes en los desplazamientos por tierra (en muchos sitios se les conoce con el poco afortunado título del “pájaro bobo”), son geniales buceadores en el agua, teniendo toda la composición ósea y muscular de las alas muy desarrollada y amoldada a la natación. No en balde, tienen la posibilidad de lograr velocidades de hasta 60 km/h en el mar y ciertas especies pueden efectuar inmersiones de hasta 18 minutos. Otra de las aves no voladoras es el emú, cuyo nombre científico es Dromaius. En este caso, se habla del segundo ave no voladora en tamaño, superado únicamente por las avestruces. Son aves omnívoras, en tanto que se alimentan tanto de semillas y vegetales como de pequeños animales, sobre todo insectos.
Entre las curiosidades sobre este animal es que la hembra puede poner un huevo de importante tamaño en relación a su cuerpo. No tienen quilla en el pecho, un músculo que deja a las aves voladoras batir sus alas. En todos los casos se trata de un animal que presenta un marcado dimorfismo sexual. En el caso de las gallinas, se trata de animales de un tamaño más pequeño, con un plumaje mucho más sobrio y carecen de la típica cresta prominente de los gallos , que tiene una cresta que puede aun duplicar el tamaño de la cresta de las gallinas. Esto fue desastroso para la fauna de aves; La independencia y el grado de desarrollo más completo con el que nacía la progenie de estos primeros euterios superaron a los otros grupos de sangre caliente en la tasa de supervivencia de los neonatos, facilitando así su expansión demográfica. Además los predadores mamíferos pueden encontrar a sus presas por el fragancia, la mayoría de aves carecen de sentido del olfato, y la fauna del final del cretácico no había evolucionado para defenderse de ellos.
Otras aves se hicieron más pequeñas, logrando de esta manera vivir más animales, con una misma cantidad de alimento. Ciertas de estas aves no voladoras sobrevivieron hasta hace solamente unos minutos, las cuales medían desde siete centímetros a unos tres metros y vivían en islas o sitios remotos. Pero estos sobrevivientes no eran cazadores, se alimentaban de plantas, frutos y animales pequeños como insectos.
Vive en ríos, lagos, lagunas, y hasta en depósitos y charcas de agua dulce. Al nacer, los polluelos están cubiertos de un plumón amarillo o negro. El kiwi tiene la peculiaridad de que sus alas son tan pequeñas que apenas se ven, puesto que quedan escondidas bajo las plumas. Este plumaje está compuesto de plumones castaños y oscuros, que como no había llegado a realizarse absolutamente como plumas, a la visión presentan una fachada más afín a la del pelaje de algunos mamíferos.
