Primero, pues la OC-17 es una proteína codificada por un gen preciso que ya está que se encuentra en el huevo de gallina. Segundo, por el hecho de que otras aves presentan proteínas análogas (en Biología mencionamos “ortólogas”), así como la ansocalcina del ganso . Por tanto, esta proteína y su función en la formación del huevo preceden al origen de las mismas gallinas. No obstante, esto no impidió que se lanzaran sucesos tan sensacionalistas como carentes de base. Científicos de la Universidad de Warwick y Sheffield descubrieron que la gallina existió antes que el huevo en tanto que una proteína hallada en los ovarios de las gallinas, la \’\’ovocledidina-17 (OC-17)\’\’ cumple una «función escencial» en la formación de la cáscara del huevo.
Pero no invalida la idea primordial, el huevo de gallina, conteniendo las normas adecuadas, antecedió a la gallina. El material genético no se transforma durante la vida del animal, con lo que la primera ave que en el lapso de la evolución se convirtió en lo que hoy llamamos una gallina existió primero como feto dentro de un huevo. Esto nos lleva de la embriología a la biología evolutiva.
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La Gallina Fue Antes Que El Huevo, Según Una Investigación
La avicultura tomó impulso en tiempos de guerra por la falta de carne roja. Cuando la Segunda Guerra Mundial acabó, los líderes de la industria avícola quisieron mantener la demanda y una compañía de EEUU patrocinó un concurso nacional para crear la gallina mucho más gorda y sustanciosa.
Fué Vicedecano de la Capacitad de Ciencias y Directivo de la Escuela de Doctorado de la UMA. Es autor de varios relatos premiados en certámenes literarios y de la novela histórica El sueño del Anticristo. «La del colosal y elíptico huevo del kiwi es una de las maneras mucho más extraordinarias que hay», afirma Stoddard. «Mis colegas y yo estábamos intrigados por la gran variedad de formas de los huevos que observábamos en aves», explica a Teknautas Mary Stoddard, de la Facultad de Princeton y entre las autoras del estudio.
Géneros De Huevos De Gallina
En este sentido, explican que debió haber un feto que se convirtió en la primera gallina, si bien señalan que el huevo que pusieron sus progenitores «no tendría el aspecto de un huevo de gallina así como lo conocemos hoy en día», según informa BBC Mundo. Sin embargo, Rodger ha reconocido que el dilema sobre qué fue primero, el huevo o la gallina, «nunca tendrá una contestación determinante en el sentido de que no se puede verificar de acuerdo a métodos científicos». «Nuestro estudio nos hace detenernos momentáneamente y pensar si el huevo del que salió la primera gallina fue realmente un huevo de gallina», apunta Mark Rodger, de la Universidad de Warwick. En este sentido, los estudiosos sugieren que debió haber un feto que se convirtió en la primera gallina, aunque apuntan que el huevo que pusieron sus progenitores «no tendría el aspecto de un huevo de gallina tal y como lo conocemos hoy día». La hembra de gallo rojo pone menos de 10 huevos por año, al tiempo que nuestras ponedoras domadas pueden llegar hasta los 300.
El relato cristiano de la Creación dio por liquidado el tema, puesto que entre los animales conformados por Dios debió existir una gallina capaz de poner el primer huevo. Pero está claro que si no aceptamos la literalidad de este relato, no tenemos la posibilidad de tampoco admitir tal solución. Un huevo es un concepto un tanto más difuso, pero podemos explicarlo como el resultado de la unión de un óvulo y un espermatozoide, el mecanismo de reproducción sexual característico de los animales. Eso sí, hay muchos géneros de huevo, definidos por la proporción de vitelo que poseen y que nutrirán al feto en desarrollo. Los huevos de ave se identifican por tener grandes proporciones de vitelo, lo que permite a los pollos nacer con un tamaño relativamente grande y optimizar de esta forma sus posibilidades de supervivencia. En esto se parecen a los reptiles, pero se distinguen de los mamíferos placentarios, cuyos huevos carecen de vitelo y el embrión precisa que la madre lo alimente a lo largo de toda la gestación.
Y lo consiguen porque por medio de la crianza les hemos quitado el instinto de empollar sus huevos. Las primeras incubadoras de huevos se remontan al Viejo Egipto. Pero los cambios genéticos relacionados con la pérdida de la conducta maternal de las gallinas son considerablemente más recientes. Se ha logrado alterando el funcionamiento de la tiroides, que ha afectado tanto a su masa corporal como a la puesta del huevo.
