Gracias a esto apelan a fuentes exógenas de calor para aumentar su temperatura corporal y mantenerla en el óptimo para las ocupaciones fisiológicas. Los cocodrilos tienen un sistema de comunicación complejo, siendo el comportamiento de los cocodrilos bastante elaborado dentro de los reptiles.
La comunicación puede observarse desde el instante en que estos animales están en el huevo, antes de la eclosión, hasta en los actos reproductivos, que tienen la posibilidad de ser muy elaborados en muchas especies. El cortejo y la cópula coinciden en la naturaleza con el objetivo de la temporada de lluvias y el comienzo de la temporada seca, y se genera unos meses antes que la hembra elabore el nido que es excavado en la arena y tiene unos 50cm de hondura. La hembra pone hasta 60 huevos y lo cubre con arena para que se incuben durante unos 90 días. La madurez sexual se alcanza a la edad de 12 a 15 años, cuando la hembra tiene un tamaño de 2,6 m y el macho de 2,7 a 3,1 m de longitud aproximadamente.
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Comportamiento De Los Cocodrilos En La Reproducción
Por otra parte, los cocodrilos han demostrado ser animales muy inteligentes, en tanto que en cautiverio pueden entrenarse para efectuar algunas tareas y pueden acostumbrarse velozmente a rutinas de nutrición, entre otras ocupaciones. El Nuevo Acuario de Zaragoza tiene una pareja de cocodrilos del Nilo provenientes de vinieron de un zoo de Francia, estos réptiles son originarios de sur y este de África. Como en la mayoría de los animales, los reptiles se reproducen sexualmente y la fecundación siempre y en todo momento es interna. Solo ciertas especies de lagartos y una familia de víboras se reproducen a través de partenogénesis, mediante la que la madre no requiere fecundación para criar.
El huevo precisa reservas tanto de agua como de nutrientes y comunmente estas reservas las logra a través de la albúmina. Aparte de esto, el huevo cuenta con un saco que recopila todos y cada uno de los compuestos de desecho y asimismo tiene el saco amniótico con su líquido amniótico que sirve de amortiguador para el feto. Por esta razón, los reptiles tienen la posibilidad de poner sus huevos en la tierra y no necesitan de medios acuáticos para reproducirse. El apareamiento ocurre en general en el agua, en tanto que este medio ayuda a ubicar correctamente al macho sobre la hembra de manera tal, que las cloacas de los dos ejemplares queden juntas.
Caso Abierto
Los huevos de cocodrilo son comida común para estos comedores sencillos que se sabe que se aprovechan de todo, desde peces y crustáceos hasta pequeños mamíferos y carroña. Unas semanas después del apareamiento, el accionar de la hembra cambia y también comienza la construcción de un nido.
Los huevos de los réptiles se parecen bastante a los que logramos hallar en las aves y difieren de los que ponen los anfibios y peces. Esto se debe a que los huevos de los réptiles son amnióticos, o sea, tienen una membrana específica que impide que el huevo se seque. Los cocodrilos, al igual que la mayor parte de los réptiles, son animales ectotermos, lo que indica que no tienen la posibilidad de regular su temperatura corporal por sí mismos.
El sexo de los reptiles viene determinado por la temperatura a la que se incuben los huevos, en el caso de los cocodrilos del Nilo, si la temperatura es inferior a 31ºC serán hembras y si la temperatura oscila entre los 31-34ºC serán machos. Pese a este cuidado maternal los huevos y las crías son muy atacables a la depredación, como por poner un ejemplo el varano del Nilo , también presente en las instalaciones del Acuario de Zaragoza, al que le chifan los huevos del cocodrilo del Nilo. Otras especies, establecen sus nidos en cavidades a los márgenes de ríos y algunas utilizan abundante hojarasca para cubrir los huevos. La hembra se encarga, de resguardar ferozmente el nido de los depredadores y todo el tiempo vigila la humedad de los montículos.
En la reproducción de los reptiles, la incubación de los huevos es bastante diferente que en otros animales como las aves. Como la mayor parte de reptiles tienen la temperatura corporal baja, no son capaces de incubar los huevos con su cuerpo. En esos casos, la incubación se realiza de manera directa bajo la luz del sol o aprovechándose de otros elementos del ecosistema que sí pueden desprender mucho más calor. Solo algunos animales, como las víboras pitón, tiene la temperatura corporal suficiente como para aportar calor a los huevos.
Una vez que los huevos eclosionan, la madre se va a meter a los retoños en sus fauces para transportarlos al agua sin que corran ningún riesgo. Los machos reproductores marcan el territorio y cortejan a las hembras, que posteriormente pondrán los huevos en primavera. En el primero, las hembras se dedican a poner los huevos y, después, en el momento en que nacen los pequeños, son llevados al otro invernadero para comenzar el engorde, en un proceso que es «muy lento, ya que los cocodrilos medran poquísimo al año», indicó Pereira. Los cocodrilos son animales predadores por excelencia y llenan la cúspide de la cadena alimentaria en los hábitats que llenan.
Algunas crías pueden alimentarse directamente de las presas capturadas por la madre, no obstante, desde que nacen son muy independientes en la captura de alimento. Adicionalmente, las transporta al agua, realizando un empleo inusualmente especial de su fuerte mandíbula. Las pequeñas crías tienen la posibilidad de mantenerse agregadas por un tiempo, en áreas donde son poco visibles para los predadores. El cuidado de la hembra continua a propósito periodo de tiempo, en el que la madre cuida a las crías de una gran variedad de predadores, introduciendo otros cocodrilos.
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Debido a la baja temperatura del cuerpo de la mayor parte de los réptiles, usan otros elementos naturales que desprenden calor en el momento de la puesta, como por poner un ejemplo la luz del sol directa. Especies que sí protegen los huevos hasta que eclosionan son los cocodrilos y las víboras, al contrario que las tortugas marinas, que los abandonan una vez puestos.
Además, se han registrado llamados reproductivos, gruñidos amenazantes y violentos de territorialidad o dominancia; tal como llamadas de socorro y observación en el caso de las mamás y sus crías. Con la edad, el tamaño de la presa se ve aumentado, formando parte de su dieta habitual tortugas, peces, aves y mamíferos como antílopes, búfalos, zebras y ñus.
