Como Se Escribe Gallina En Nahuatl

Entre los adjetivos numerales del otomí y el mazahua hay analogía en algunos; pero no en todos como consta de la próxima comparación. La preposición se crea en mazahua de igual forma que en otomí, y tan pobre de preposiciones es un idioma como otro, subentendiéndose muchas veces en el discurso. Empero, también el otomí usa el pronombre afijo según consta en los episodios 51 y 52.

Según las comparaciones que he hecho, el pame explicado por el padre Soriano se ajusta a un tercer dialecto probablemente el principal, el más extendido. El pronombre personal no presenta analogía alguna entre el pirinda y el otomí. El pirinda tiene partículas prepositivas para vocativo, forma ignota al otomí. La analogía del pronombre entre otomí y mazahua se compone de la próxima comparación. En idioma jonaz según la citada compilación, y luego presentaré las comparaciones con el pame.

Del otomí tienen el mismo sonido; pero se fundan en diferente sistema. De todas y cada una maneras el mazahua hace aparición menos cargado de consonantes que el otomí, y es de pronunciación más fácil. Griega entre latinos se toma por vocal, y en este idioma acontece lo mismo. 3.º Los pocos casos de derivación a través de alteraciones fonéticas o de la yuxtaposición, dominando el uso de partículas separadas. En el pirinda prácticamente no están voces onomatopeyas, mientras que sobran en otomí. En Mali, los Jalis son la gente encargadas de contar las historias de memoria, para que vayan pasando de generación en generación.

Escoge una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición. Lección Marta creyó que Jesús iba a resucitar a su hermano en el último día. Diviértete con ingreso a millones de e-books, audiolibros, gacetas y considerablemente más de Scribd.

Lo que se dijo sobre los plurales se entiende no sólo respecto al presente de indicativo, sino a los demás tiempos, así es que excusamos repetir una misma regla. Otras no lo son, pues se distingue bien su concepto, como en cualquier idioma, según la sílaba donde carga el acento. Tiene pronunciación que llaman ovejal, y se notará con una raya en el principio, y es cuando se pronuncia en forma de oveja, caídas las quijadas. ; con otras de las partículas posesivas del pirinda no es extraño hallar alguna semejanza apartada con en comparación con otomí, siendo aquéllas tantas y tan múltiples. La siguiente comparación de expresiones acabará de comprobar el vínculo del otomí y el mazahua.

Conforme a la construcción tan común en otomí, la preposición se subentiende. Sola en el número 6, donde indica suplico, súplica, por el sentido del discurso. Asimismo en otomí vimos que unas veces hay cambio y otras agregados. El pame no posee declinación para expresar el caso como no le tiene el otomí.

El adverbio, el sustantivo y la construcción son iguales en los 2 idiomas que comparo. Utiliza asimismo este idioma de la pronunciación singultada o detenida, la cual es llamando el resuello para dentro. Del pirinda, tan propios de este idioma, como todo lo que atañe a la iniciativa de posesión que domina en su gramática.

Es curioso advertir que, según el mismo escritor, el pame y el chino tienen parentesco, lo mismo que se dijo del otomí. La primera palabra en los dos lenguajes es un adverbio; la segunda el verbo sin signo alguno, como va lo hemos visto previamente en imperativo; la tercera es el pronombre. Tanto el otomí como el matlatzinca tienen varios dialectos; pero en pirinda hay la peculiaridad de que las mujeres generalmente emplean su vocabulario particular respecto a los hombres.

El otomí no tiene derivación regulada propiamente dicha, según lo explicado en el capítulo 52. En otomí sólo se usan palabras simplemente yuxtapuestas, sea para suplir la derivación, sea para aclarar el sentido de los homónimos. En pirinda la composición de voces y partículas se habitúa en el más prominente nivel, y con extensa variedad de métodos (capítulo 41). 2.º El serrano tan semejante al otomí que pudiese creérsele uno de sus dialectos. No obstante, por tenerse en el país como idioma separado, y tener voces y aun formas gramaticales particulares, conviene considerarle especialmente. Lo explicado es suficiente para comprender de forma fácil la analogía fonética que hay entre el pame y el otomí.

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