A fin de que estos momentos de cocción del huevo sean más exactos, se recomienda sacar los huevos de la nevera una hora antes de hervirlos. Así, conseguiremos mantenerlos a temperatura ambiente y eludir que la cáscara se agriete al cocerlos. Desde agua hirviendo, cambia el tiempo de cocción de los huevos.
La clara se va a haber cuajado tenuemente, separándose de la cáscara, pero al disminuir la temperatura volvemos a ralentizar la cocción, evitando que quede muy hecha antes que se cueza la yema. Por mucho que se siga diciendo aquello de «no tienes idea ni freír un huevo», absolutamente nadie puede negar que resulta mucho más sencillo prepararlos cocidos que realizar huevos fritos o huevos a la plancha. Asimismo son mucho más versátiles, saludables y agradecidos, ya que nos sirven como base de otras recetas, ingrediente y complemento, añadiendo proteínas de alta calidad a multitud de platos. Y, a pesar de todo, cocer huevos perfectos tiene su busilis.
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Entre las mucho más habituales podemos encontrar la cocción del huevo en agua, que puede ser con o sin cáscara. En dependencia del tiempo que hierva el huevo y del punto de cocción de la yema y la clara, vamos a tener huevos pasados por agua, mollet o duros. Añadimos el poché más allá de que se hace de manera un poco diferente, ya que hay que cocerlo sin cáscara.
Los huevos se tienen la posibilidad de cocer desde agua fría o agua ya hirviendo; recomendamos el segundo procedimiento. Controlaremos mejor el tiempo exacto y, nuevamente, el choque térmico contribuye a obtener un mejor resultado. Para los huevos pasados por agua, requerimos que hierva a fuego más lento, no a borbotones.
¿De Qué Forma Evitar Que La Cáscara Del Huevo Se Rompa Al Cocerla?¿De Qué Forma Hallar Una Yema Centrada?
Empezando por el tiempo que hay que dejar el huevo cociendo para conseguir una yema aproximadamente cuajada. O, explicado de otra forma, un huevo cocido así como nos atrae a nosotros. Existen muchos términos distintos para designar el tipo de huevo según el tiempo de cocción que se le aplique.
Agregar un chorrito de vinagre al agua hirviendo para que, en caso de agrietarse, la clara coagule con mucho más velocidad y no salga en exceso. El huevo es un alimento terminado y versátil que se puede cocinar de muchísimas maneras distintas. Entre las técnicas de cocción que se usan para ello hay que distinguir entre la cocción de huevos con cáscara y la cocción de huevos sin cáscara. Sobre los primeros versa este post en el que vamos a procurar contemplar las pautas básicas de cómo cocer bien los huevos.
Cronometra los minutos precisos según el punto de cocción que te agrade o precises, desde 6 minutos si te agradan muy jugosos hasta 15 a fin de que la yema esté completamente cuajada, pero sin tonos grises. Lo ideal para la mayor parte de recetas es dejarlo diez minutos.
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Emplear una cuchara con la que sumergir los huevos en el agua a fin de que no se golpeen al caer. Para pelarlos con más sencillez rompe la cáscara por todas partes, suavemente, y procede a retirarla bajo el agua corriente, dejando un colador debajo para recoger las piezas.
A diferencia de los pasados por agua, estos tienen la clara algo más hecha, lo que permite pelarlos con sencillez. Su textura es semilíquida en el interior, con una yema algo mucho más espesa que la natural, y la clara exterior bastante firme. O sea, están en un punto de cocción entre los huevos pasados por agua y los huevos duros.
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Pasado ese tiempo, se sacan y también inmediatamente después se introducen en agua fría para parar la cocción. Sabremos si nos ha quedado bien si la textura por la parte interior es gelatinosa, y la clara y la yema están poquísimo cuajadas.
El huevo se encuentra dentro de los elementos mucho más versátiles. Conque desde Aranda Capacitación, escuela de cocina colaboradora de Cocinista.es, nos proponen tres tipos de cocción distintas.
