Ni las propias monjas del convento de la orden de las Clarisas saben de dónde viene la tradición de que les lleven huevos para eludir que haga mal tiempo el día de la boda. En 1958 el Papa Pío XII la declaró patrona de la televisión y de las telecomunicaciones.
En tiempos de sequía las religiosas solo rezan a fin de que no se moje la novia. Por su parte, especifica la madre abadesa del monasterio de Santa María de Jesús que más que nada tienen mucha demanda de rezos y regalo de huevos en el momento en que hay mal tiempo.
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¿Por Qué Razón Llevar Huevos A Santa Clara?
De los sesenta conventos con los que se conectó para efectuar el estudio en 1993, únicamente tres de ellos – los de Vinaroz, Murcia y Almería- eran ajenos a la tradición. La climatología poco lluviosa de sus emplazamientos mediterráneos justifica, en parte, su falta, estimando que anteriormente las ofrendas de huevos se hacían exclusivamente para que no lloviera el día de la boda. En los monasterios de Salvatierra, Molina de Aragón, Borja y Ciudadela informaron de que no existía la tradición como tal en su región, aunque de cuando en cuando recibían ofrendas de huevos de personas que no radicaban habitualmente en la ciudad. En el momento en que Santa Clara se cerró en 1996, a Santa Inés se unió el tercer convento de clarisas de la ciudad más importante, el de Santa María de Jesús, cuya fundación es de 1520, donde fueron acogidas las ancianas monjas del desaparecido convento de Santa Clara.
Inspiración diaria para novias y novios que buscan consejos e ideas para ordenar una boda diferente, personal y hecha desde el corazón. Puede estimarse que los datos aportados por teléfono, generalmente resultaron más anecdóticos, pero bastante menos concretos que los obtenidos en las respuestas de los cuestionarios.
Meteorología Habitual: La Tradición De Ofrendar Huevos A Santa Clara
No existe bibliografía que informe sobre la peculiaridad que ha podido presentar en su origen esta costumbre ancestral. Casi veinticinco años después, en 1993, año del octavo centenario del nacimiento de la Santa de Asís, la tradición ya había cambiado bastante. Varios conventos de clarisas se habían cerrado por falta de vocaciones juveniles, pero la costumbre se había revitalizado. Es una nueva generación de jóvenes clarisas franciscanas que no acepta la tradición meteorológica aneja a las ofrendas de huevos para hallar buen tiempo.
En las cincuenta y tres comunidades de clarisas restantes, la tradición subsistía y todas y cada una coincidieron en que se había producido un aumento de ofrendas notable y progresivo en los cuatro o cinco años precedentes. Las ofrendas de solo doce huevos de que charlaba Omaechevarría en el año 1970, únicamente se efectuaban en tres o cuatro conventos del País Vasco y Andalucía. Al sucederse las generaciones en el correr de los tiempos, las prácticas y tradiciones meteorológicas han ido desapareciendo o han evolucionado tanto, que casi nos resultan irreconocibles.
Dicho monasterio fue fundado por San Fernando poco tiempo después de los hechos que se dieron en la conquista, siendo también al que se le asigna mayor antigüedad en la orden de las clarisas sevillanas junto con el de Santa Inés, fundado por Doña María Coronel en el año 1374. Además de esto, resulta curioso que Santa Clara goce de popularidad siendo en su mayoría conocida como la patrona del buen tiempo, mucho más que por el hecho de haber sido la primera mujer en instaurar una orden religiosa, particularmente, la de clarisas o damas pobres. La juventud pide aprobar asignaturas concretas en sus estudios medios, expertos, y universitarios.
Y las fiestas patronales de aquel año sostuvieron un tiempo magnífico, que, dicho sea de paso, es el tiempo habitual de Galicia en la segunda quincena del mes de julio. Otro ejemplo mucho más cercano en el tiempo, de signo contrario, es el de de qué forma informaba la prensa este último verano de 2002 del tiempo reinante en el popular Festival de Jazz de San Sebastián, que “ se celebró bajo la lluvia, a pesar de haber llevado el Director huevos a las clarisas para atraer al buen tiempo”. Hoy en día nos cuentan las portavoces de las escasas religiosas de la Orden de Santa Clara habitantes en los tres monasterios que quedan en Cantabria –hace pocos años se cerró el de Castro Urdiales- de que cada vez se hacen más ofrendas de huevos en petición de gracias totalmente ajenas al buen tiempo.
Santa Clara está muy metida en la supone del pueblo, quien la considera patrona del buen tiempo. Es un patronazgo folclórico, por sus típicas ofrendas de huevos, cuyo origen no se sabe. Señal inequívoca de la veneración que provocó, en España y en el planeta, son la multitud de islas, cabos, promontorios, lagos, ciudades, distritos, plazas, calles, centros de enseñanza, capillas costeras, museos, monasterios… Y asimismo nomina exquisitos dulces de repostería casera, viejas canciones infantiles populares…
Las clarisas franciscanas del 93 querían que se mantuviera la tradición original y no estaban de acuerdo en que se desvirtuara esta con ofrendas de huevos para solucionar problemas extraños al tiempo atmosférico, como comenzaba a hacerse en ciertos sitios. Las peticiones de buen tiempo mucho más varias eran para celebraciones matrimoniales y había, en 1993, 4 monasterios (Estepa, Úbeda, Molina de Aragón y Benavente), en que únicamente aceptaban ofrendas de huevos para bodas.
Meteorología Popular: La Tradición De Ofrendar Huevos A Santa Clara
La base primordial de datos la formaron las respuestas de los 35 cuestionarios cubiertos en los monasterios clarianos de las localidades citadas en la nota final. Así pasa en España desde la Edad Media si bien no se sabe el genuino origen de esta tradición.
No existían en todas las provincias y en varias ciudades había dos y hasta tres. Entre las tradiciones populares, la de Santa Clara y el buen tiempo pensábamos que tenía garantizada la permanencia, por su propia naturaleza. Pero ocurrió que esta experiencia religiosa, al haberse trasmitido de forma oral, probablemente durante ocho siglos, ha ido evolucionando sustancialmente, sobre todo en los últimos tiempos. Las variaciones localizadas en España en el momento de la celebración del VIII centenario del nacimiento de Santa Clara, en 1993, eran muchas.
