El Aguila Que Vivio Como Gallina

EL AGUILA QUE SE CREIA GALLINA Era una vez un granjero sabio y bueno que agradaba de cuidar de las aves, subir a la montaña y contemplar el vuelo de las águilas. Un día, al bajar de la montaña, llegó a unas enormes rocas. De repente, a un lado del camino, halló el huevo de un águila. Lo levantó de manera cuidadosa y sintió que el cascarón se encontraba por romperse.

“Erase una vez un hombre que se halló un huevo de águila. Se lo llevó y lo puso en el nido de una gallina de corral. El aguilucho fue incubado y medró con la nidada de pollos. Un día, paseando, un granjero se halló un huevo de águila y lo llevó a su corral de gallinas. Mencionado lo anterior, mamá águila emprendió el vuelo, alejándose de aquella imbécil e desinformado águila, que más allá de ser creada y dotada para volar y ser la reina de la aves y del cielo quedó atrapada en su pequeña visión de todo el mundo.

No hace mucho, en un país de Africa sub-sahariana, en una sesión formativa dirigida a cooperantes y misioneros españoles, agentes de salud, usé el cuento ya bastante publicado que se titula “el águila y la gallina”. «La producción me exige saltarme algunas reglas de seguridad y salud». En el campo de los peligros laborales y la Seguridad y Salud Laboral, nos encontramos también llenos de opiniones.

Quizá no ves que eres un águila como yo… nada tengo que enseñarte, tu instinto es suficiente para hacerte volar como yo. “Ser tú mismo en un planeta que todo el tiempo procura llevar a cabo de ti algo más, es el mayor logro”. Amado Dios, protege por favor, de todos y cada uno de los que quiero. Resguarda a las personas que me desean y me cuidan, y haz que siempre sean felices. Experto en humanización de la salud, en duelo y bioética, directivo máster en counselling, estudio en duelo, en humanización, en administración y en pastoral de la salud.

Había una vez en un precioso lugar situado en el campo, una casa que tenía un corral de gallinas. La relación de asistencia no es otra cosa que hacer de naturalista y fomentar el águila interior de cada persona. El águila representa la misma vida humana en su creatividad, en su aptitud de romper barreras, en sus sueños, en su luz. Representa la persona con toda sus potencialidades, pero susceptible de acomodarse en la dependencia y tranquilidad del corral. Pensemos en el peligro de un sutil colonialismo que puede darse si no se estimula el águila que hay en la gente y los conjuntos, respetando las diferencias culturales y sus implicaciones religiosas. A mi regreso a España, he tenido la posibilidad de leer el libro que lleva el mismo título que el cuento, de Leonardo Boff y que lo emplea como metáfora de la condición humana.

Estas expresiones persuasivas no persuadieron al aguilucho. Se encontraba raro y al notar desde la loma a los pollos comiendo, se fue dando saltos a reunirse con ellos. Pensó que había perdido su capacidad de volar y tuvo temor. «La única forma de que se cumplan las normas de seguridad y salud es a través de “el palo”.

Despertó a las aves del corral y al notar el huevo se alborotaron. Unas lo han recibido con alegría y otras, como eran envidiosas, se pelearon por ser ellas las que lo empollaran. Una mañana, al irse el sol, nació un hermoso aguilucho con todas las facultades para volar prominente, controlar las alturas, los vientos y las tormentas. Un día un granjero se halló un huevo de águila recién caído del nido.

¿qué hago viviendo entre el lodo y mugre de este gallinero, comiendo gusanos y maíz, en vez de volar libre por el cielo y cazar lo que me apetezca? Desde aquel día, mamá águila buscaba desesperadamente el huevo que le hacía falta sin hallarlo por ningún lado. Pensando que algún animal se había apoderado de él, lo dio por perdido y realmente triste se dirigió a cuidar a sus ya nacidos aguiluchos.

El águila miro alrededor, hacía el corral y hacía arriba, al cielo. Entonces el naturalista lo levantó directamente hacía el sol; el águila comenzó a templar y abrió de forma lenta las alas y finalmente con un grito triunfante voló apartándose hacia el cielo”. El hombre le solicitó permiso al dueño del corral para trabajar con el águila, -por supuesto que sí respondió el dueño-, conque el hombre cogió al águila del corral y la llevo a un risco en la montaña. Mientras la sostenía en sus manos le dijo -tú eres un águila, eres la reina de las aves, prolonga tus alas y VUELA-. Indignada por aquel hecho que tan bajo dejaba el honor de las águilas, bajó en picado hacia el gallinero dispuesta a solucionar el inconveniente.

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