Porque La Piel Se Pone Como Piel De Gallina

Cualquier piel necesita hidratación para sostenerse sana y bonita, y en la situacion de la queratosis, que suele estar asociada a la sequedad y a la dermatitis, aún más. Las cremas más recomendadas en este caso son las que poseen urea, que además de hidratar previenen la queratosis, y las indicadas en caso de piel seca, que contengan vitamina E, aceites, glicerina, vaselina, lanolina, etc. Un instante de agobio, un susto de un amigo o ver una película de miedo muy terrorífica tienen la posibilidad de lograr que tu vello se erice. La piel asimismo puede mudar de textura si algo nos conmueve, como una dedicatoria bonita, tocar una pizarra o rayar el cuchillo con un plato.

La queratosis pilaris es una afección benigna que visualmente recuerda a en el momento en que disponemos piel de gallina. Hace muy buen día, la temperatura es especial pero ya se hace de noche y corre una pequeña brisa fresca. Al echarte la toalla sobre los hombros te das cuenta de que el pelo de los brazos se te ha erizado. Lo mismo te pasó en el cumpleaños de un amigo , cuando tu pareja te cogió de la mano por vez primera o cuando escuchaste en directo esa canción que te emociona. De la misma logra que aumentar nuestra fuerza o aptitud de contestación ante momentos de tensión, también logra que se nos erice la piel cuando nos emocionamos o contamos miedo. La buena noticia es que, lo mucho más frecuente es que la queratosis vaya desapareciendo o mejorando bastante con la edad, por lo que es poco frecuente ver a alguien con mucho más de 30 años con una queratosis pilaris muy acentuada.

Esta reacción se puede producir en todo el cuerpo, primordialmente en los antebrazos, los muslos, la cabeza, la cara y el cuello. Las únicas zonas del cuerpo humano que no pueden experimentar esta sensación son los pies, las manos y las zonas genitales. Según explicó George A.Bubenik, fisiólogo y instructor de zoología, a la revista Scientific American, la piel de gallina es una contestación heredada de nuestros antepasados.

Otras especies también experimentan algo similar y su finalidad es defendernos del frío exterior. Sin embargo, en la actualidad, en el caso de los humanos no semeja que la piel de gallina resulte un método de defensa efectivo; de hecho, más bien podría ser útil para alertar al contrario de que tenemos temor. En cuanto a la protección frente al frío, tampoco tenemos suficiente pelo en el cuerpo a fin de que logre defendernos. La segunda función es responder a las emociones intensas que sentimos. Ante una amenaza real, el cuerpo se pone ‘alerta’ y visto que se erice el pelo sería una forma de intimidar al contrincante, o por lo menos de este modo lo era en tiempos de nuestros antepasados.

Por servirnos de un ejemplo, en el momento en que un puercoespín está asustado, levanta sus púas para defenderse. Esta respuesta también es común al ser humano, aunque, hoy en día, poca herramienta tiene. El responsable de que esto ocurra es el sistema inquieto simpático, solicitado de regular esa contracción de los músculos y la secreción de múltiples glándulas. Su función es poner al cuerpo en alerta en frente de una situación que supone miedo o peligro y que le puede obligar a huir.

De todos modos se trata de una cuestión fisiológica que activa la contracción de los músculos erectores del pelo y provoca que el aspecto de la piel cambie gracias a que los poros se expanden y el pelo se eriza. La «piel de gallina» pertenece a aquello que nos queda de animales. Ya sea porque disponemos miedo, se nos acerca un individuo que nos atrae o escuchamos una canción que nos emociona. Sin embargo, pese a lo común que es que se te ponga la piel de gallina o «el vello de punta», muchas personas desconocen la causa por la cual ocurre.

Esta respuesta involuntaria y poco reservada recibe los nombres científicos de horripilación cutánea y piloerección extendida. Otra de las respuestas corporales que suele venir acompañada de la piel de gallina asimismo son los escalofríos, una reacción fisiológica que da una sensación de frío a todo el cuerpo. Aquí, esas conexiones parecidas a la sinapsis se hacen con las células madre, envolviéndolas como cintas.

De esta manera, la pieloerección es el avance de forma involuntaria de protuberancias en la piel, en la base del pelo corporal, que pasa cuando nos exponemos a ocasiones o a cambios bruscos de temperatura. Según explicó George A.Bubenik, fisiólogo y instructor de zoología, a la gaceta \’Scientific American\’, es una respuesta heredada de nuestros ancestros. Otras especies asimismo experimentan algo similiar y su finalidad es aislar nuestro cuerpo y abrigarnos del frío exterior. En verdad, nuestros antepasados tenían el cuerpo lleno de pelo y esta contestación les servía para resguardarles. Todos estos cambios que percibimos tienen la posibilidad de llevarnos a tener los pelos de punta.

El hombre ha perdido prácticamente todo el vello del cuerpo, con lo que la carne de gallina por el momento no sirve para intimidar en el momento en que estamos amenazados. Aunque hoy día la única función útil que tiene esta reacción es la regulación de la temperatura, el ser humano sigue sintiendo esta respuesta involuntaria en situaciones de temor o sobresaltos. El último factor que participa en que se nos ponga la piel de gallina es la conexión entre esos pequeños músculos de la piel y el sistema inquieto simpático.

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