Su temperamento es afable y, por eso, es de los preferidos entre los animales de corral. Al habitar zonas frías, entre las primordiales adaptaciones que han creado los pingüinos es su gruesa piel y su abundante grasa subcutánea, 2 capas aislantes que les permiten mantener la temperatura corporal. Las aves acuáticas a menudo tienen patas palmípedas, con membranas interdigitales, para hacer más simple sus desplazamientos por agua. Las aves terrestres presentan enormes y fuertes patas, listas para la carrera pedestre. Las plumas de esta ave no son impermeables, y pasa tiempo secando sus pequeñas alas al sol después de cada inmersión.
Están singularmente adaptados a la vida en el agua, siendo este medio en el que consiguen el alimento llevando a la práctica la pesca. No en vano, pueden lograr velocidades de hasta 60 km/h en el mar y algunas especies pueden realizar inmersiones de hasta 18 minutos. Las principales peculiaridades anatómicas de las aves que no vuelan son huesos de las alas considerablemente más pequeños que en las que sí tienen la posibilidad de volar y la sepa de la quilla, un hueso del pecho que le deja elevarse. El ejemplo más frecuente de las aves que no vuelan es el avestruz, que es, asimismo, el ave mucho más grande de todo el mundo. El nombre científico de estos animales es Spheniscidae, y existen diferentes especies de pingüinos, si bien todos ellos están en el hemisferio sur. En verdad, el lugar donde mucho más proporción de esta clase de aves hay es en el continente de la Antártida, puesto que son un género de aves adaptado singularmente a las temperaturas frías.
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Aves Que No Vuelan
En el momento en que los exploradores europeos llegaron a islas Mauricio, introdujeron nuevas especies, como cerdos, perros o gatos entre otras. Esto conllevó que sus nidos fueran atacados por estas novedosas especies a las que los dodos no habían tenido que confrontar nunca. Igualmente, visto que los dodos no hubieran tenido contacto con los humanos hacía que no los percibieran como una amenaza, lo que propició asimismo su extinción. Las siguientes aves no voladoras, vivieron a lo largo de o tras el periodo Holoceno.
El desarrollo no terminó, cada día desaparecen especies que están completamente dispuestas para sobrevivir. Las aves no voladoras son aves que carecen de la aptitud de volar. Estas especies dependen de sus capacidades para correr o nadar, aunque proceden de antepasados voladores.1 Hoy en día hay unas 40 especies, 2 las mejor conocidas son las ratites (avestruz, ñandú, emú, casuario, kiwi) y los pingüinos. Ciertas aves evolucionaron perdiendo la aptitud de vuelo a consecuencia de no tener depredadores, por poner un ejemplo en las islas oceánicas donde volar era un gasto de energía insignificante. Si bien probablemente no fue la situacion de las ratites puesto que sus orígenes evolutivos indican una procedencia continental.
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Esto enseña por qué la mayor parte de las especies de aves no voladoras son nativas de islas distantes del conjunto de naciones, como Nueva Zelanda, que no tienen predadores. Volar se volvió menos frecuente y también insignificante transcurrido el tiempo por el hecho de que necesita mucha energía. De hecho, el vuelo es el modo perfecto de locomoción más costoso que hay en la naturaleza. Por otra parte, asimismo cabe mencionar que la mayoría de las aves no voladoras han sobrevivido en entornos bastante aislados (aunque no todas, como es el caso de las avestruces o los emúes).
Ciertas aves corredoras tenían enormes picos para asir a sus presas. Las cabezas de algunas eran tan enormes como las de los caballos de hoy. Pasadas decenas de miles de años, de a poco, algunas alcanzaron tamaños enormes, sus patas y pies se volvieron asimismo gigantes para caminar por el suelo.
Durante la carrera, sus alas les sirven para regular la estabilidad y asimismo como defensa contra los posibles ataques de predadores. Corren sobre el agua batiendo sus alas como las ruedas de un barco de vapor. Los patos de los barcos de vapor son notoriamente beligerantes y se conoce que forman parte en sangrientas batallas por reclamos territoriales. Tienen un plumaje exuberante por el hecho de que no tienen que reducir su peso corporal.
Esto, más allá de su curiosidad debido a la diferenciación del resto de huevos, asimismo tiene una función esencial. Merced a este color tan particular, los huevos de emú son más bien difíciles de ver, lo que asiste para que no sean presa simple para sus posibles depredadores. Uno de las causas que provoca que este tipo de aves no logren volar es la cubierta de grasa que cubre su cuerpo bajo la piel, lo que les deja aguantar las temperaturas heladas de su hábitat natural. No obstante, asimismo incrementa sensiblemente su peso, impidiendo que puedan levantar el vuelo. Esto queda compensado por visto que sean unos geniales nadadores, lo que les permite apresar peces en las gélidas aguas del mar Antártico, su primordial alimento. Los Strigopinae son loros demasiado grandes y pesados para volar, el día de hoy sobrevive una sola especie en riesgo del género Strigops.
