En Almería no somos menos y, tanto como nos gusta mantener las migas los días de lluvia, nos chifla proseguir preservando costumbres con siglos de historia. Es el caso de las ofrendas que efectúan las futuras novias a las clarisas a fin de que no llueva en el día de su boda; llevando huevos al convento de Santa Clara en Almería. Y las fiestas patronales de aquel año mantuvieron un tiempo magnífico, que, dicho sea de paso, es el tiempo habitual de Galicia en la segunda quincena del mes de julio. En la actualidad nos cuentan las portavoces de las pocas religiosas de la Orden de Santa Clara habitantes en los tres monasterios que quedan en Cantabria –hace pocos años se cerró el de Castro Urdiales- de que cada vez se hacen mucho más ofrendas de huevos en solicitud de gracias completamente extrañas al buen tiempo.
Puede estimarse que los datos aportados telefónicamente, por norma general resultaron más anecdóticos, pero bastante menos específicos que los obtenidos en las respuestas de los cuestionarios. Las visitas personales se realizaron a los conventos cantabrios de Santillana del Mar y de Villaverde de Pontones, convento este último sin cuya colaboración hubiese resultado irrealizable la elaboración de este estudio.
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Huevos A Fin De Que No Llueva En Las Bodas
Tras una semana de intervalos lluviosos, Estefanía teme que llueva el día de su boda y por ello acudió al Monasterio y dio como ofrenda dos docenas huevos a Santa Clara. El de qué forma se tiene que llevar a cabo esta tradición difiere un poco de un lugar a otro en España. Hay quienes dicen que ha de ser nuestra novia quien lleve los huevos y quienes aseguran que debe ser alguien próximo a los novios quien los ofrezca. En ciertos sitios se habla de una docena de huevos y en otros de unos cuantos docenas, e inclusive de unidades impares .
Señal indudable de la veneración que provocó, en España y en el mundo, son la multitud de islas, cabos, promontorios, lagos, ciudades, distritos, plazas, calles, centros de enseñanza, capillas ribereñas, museos, monasterios… Y asimismo nomina deliciosos dulces de repostería casera, viejas canciones infantiles populares… En las cincuenta y tres comunidades de clarisas sobrantes, la tradición subsistía y todas coincidieron en que se había producido un aumento de ofrendas considerable y progresivo en los cuatro o cinco años anteriores. Las ofrendas de sólo doce huevos de que hablaba Omaechevarría en el año 1970, únicamente se efectuaban en tres o 4 conventos del País Vasco y Andalucía.
Estudio De La Tradición Meteorológica
Fue patrona reconocida contra los ataques de piratas, patrona asimismo de los guardianes de faros, de los pescadores y de los nautas. Cristóbal Colón encomendó a las clarisas de Moguer el éxito en su compañía en 1492 y, a su regreso, les entregó exvotos traídos del Nuevo Mundo. Clara de Agarráis es una santa muy atractiva, casi mítica, que llegó a nuestros días como la figura femenina más representativa de la vida contemplativa medieval. Prosiguió los pasos de su conciudadano Francisco de Asís, a quien había oído predicar cuando ella tenía dieciséis años.
En otro de los monasterios, Santillana del Mar, están emplazados el Museo y el Archivo Diocesanos, con documentación eclesial muy enlazada a la historia del tiempo, Hay registros de celebración de rogativas, efemérides desastrosas, libros parroquiales, Diezmos, tazmías, etcétera … En los tres monasterios cántabros no sólo preservan la tradición de que venimos comentando, sino que la fomentan en la medida de sus posibilidades. En 1212 fundo la Orden de Clarisas o Damas pobres, bajo la regla y estatutos de San Francisco y fue la primera mujer que creó una regla monástica en la Edad Media. Cuando murió, en 1253, el Papa Inocencio IV asistió a sus funerales y dos años después, Alejandro IV la canonizó.
Logró vender la lícita de sus padres cuyo importe repartió entre los necesitados. Había algún lugar vasco, como Durango, en que uno de estos trece huevos se presentaba curiosamente adornado y envuelto, como un pequeño regalo. Parece que el origen de estas dádivas de 12 más uno, entronca con las órdenes religiosas mendicantes, en que se añadía una pieza más al donativo por la condición eclesiástica del mendigo.
Prácticamente veinticinco años después, en 1993, año del octavo centenario del nacimiento de la Santa de Asís, la tradición ahora había cambiado bastante. Múltiples conventos de clarisas se habían cerrado por falta de vocaciones juveniles, pero la costumbre se había revitalizado. Algunas tradiciones desaparecen y otras se mantienen con el testigo de las novedosas generaciones.
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De todos modos, el muestreo realizado puede considerarse como un muestreo de conjuntos, puesto que el cuestionario incluía algunos apartados en que, para responderlos, la abadesa debía preguntar a otras religiosas de su red social. La base fundamental de datos la constituyeron las respuestas de los 35 cuestionarios cubiertos en los monasterios clarianos de las localidades citadas en la nota final. Santa Clara está muy metida en la entraña del pueblo, quien la considera patrona del buen tiempo. Es un patronazgo folclórico, por sus habituales ofrendas de huevos, cuyo origen no se sabe.
Hay una tradición que consiste en llevar una docena de huevos al convento de las Clarisas con el objetivo de que no te llueva el día de tu boda. Un ritual que se remonta a la Edad Media y que tiene alguna relación con la meteorología. Al sucederse las generaciones en el correr de los tiempos, las prácticas y tradiciones meteorológicas fueron desapareciendo o han evolucionado tanto, que prácticamente nos resultan irreconocibles. Es la situacion de la vieja práctica de llevar la novia doce huevos a un convento de clarisas a fin de que no lloviese el día de su boda.
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Un par de años después huyó de su casa y renunció a los privilegios que le ofrecía su preclaro linaje, sus riquezas y su gran belleza. Escogió el penoso sendero de la pobreza, con la ilusión de conseguir un planeta mejor, bajo el lema emblemático de Paz y bien.
La falta de vocaciones la vienen compensando con la acogida de jóvenes novicias que llegan de lejanos países y que se amoldan bien a los monasterios cántabros. Es la tónica general en el resto del Estado, con la única salvedad de la “providencial lluvia de vocaciones”- dicen las monjas- existente en el Monasterio de Lerma . Santillana del Mar Puede resultar congruente terminar este resumen dejando constancia de la vinculación que tienen estas Clarisas de Cantabria con la Meteorología regional.
