Las clarisas franciscanas del 93 deseaban que se sostuviera la tradición original y no estaban de acuerdo en que se desvirtuara ésta con ofrendas de huevos para resolver problemas ajenos al tiempo atmosférico, como comenzaba a hacerse en algunos lugares. Se envió en un inicio una simple encuesta a sesenta monasterios del territorio español, antes elegidos, solicitándoles su colaboración.
Y sucede que en la comunidad aseguran que «no somos ajenas al padecimiento, al mal extraño o a las pretensiones de personas que no tienen ni para comer no solo en el planeta, sino sobre todo en la ciudad». Más allá de prácticamente no escapar del convento salvo por fundamentos de salud o para hacer algunas gestiones, sor María Consuelo, que es natural de Palencia, no duda en loar la ciudad.
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Ofrendas “virtuales” Para Tener Buen Tiempo En Días De Boda
Reflejos en torno a la ofrenda de huevos a Santa Clara en el Monasterio de Pedralbes. Imaginación en tono a la ofrenda de huevos a Santa Clara en el Monasterio de Pedralbes.
Múltiples conventos de clarisas se habían cerrado por carecer de vocaciones juveniles, pero la práctica se había revitalizado. Ciertas tradiciones desaparecen y otras se mantienen con el testigo de las nuevas generaciones. En Almería no somos menos y, tanto como nos atrae sostener las migas los días de lluvia, nos encanta seguir conservando costumbres con siglos de historia. Es la situacion de las ofrendas que efectúan las futuras novias a las clarisas a fin de que no llueva en el día de su boda; llevando huevos al convento de Santa Clara en Almería.
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Anteriormente, la presencia de lluvia en una boda se consideraba un mal augurio para la novedosa familia. Un tiempo de desgracias que harían plañir a la novia durante el resto de su vida. En otras ocasiones, los vaticinios transformaban a la novia en un individuo vaga, sucia y manirrota.
Con lo que era ella quien se veía en la obligación de ocuparse de que esto no ocurriera. El Monasterio de Pedralbes es una referencia para los novios de Barcelona que asisten a las clarisas para llenar esta tradición. Fundado por el rey Jaime II y por su mujer Elisenda de Montcada en 1326, se inauguró con una misa solemne el 3 de mayo de 1327. Es por ello que las claras de los huevos tienen una significación especial para los novios que apelan a esta santa para que la climatología les sea conveniente.
Isaura Marcos Sánchez es integrante de la comunidad de clarisas del monasterio de Santa María de Pedralbes de Barcelona desde el año 1976. Su afición por la fotografía nos deja en este momento gozar de unas instantáneas que nos adentran en el tema de la ofrenda de huevos a Santa Clara desde una visión muy creativa. En Cataluña se había iniciado una nueva ofrenda que no debía ver transcurrido un tiempo atmosférico. Era la de las niñas que llevan el nombre de Clara y que se presentaban a la Santa en cualquiera de sus monasterios, portando un cestillo con huevos.
«Prosiguen viniendo no solo muchas novias, sino también amigas y familiares de ellas para traer los huevos. Es una tradición que se mantiene y que no se ha perdido nunca», asegura la madre abadesa. «En verano contamos tantas docenas que aprovechamos para ofrecer a personas necesitadas o a sitios que los necesiten como es el caso de la Cocina Económica». De los sesenta conventos con los que se conectó para realizar el estudio en 1993, únicamente tres de ellos – los de Vinaroz, Murcia y Almería- eran extraños a la tradición. La climatología poco lluviosa de sus emplazamientos mediterráneos justifica, en parte, su falta, estimando que antiguamente las ofrendas de huevos se hacían exclusivamente para que no lloviese el día de la boda.
Y las fiestas patronales de aquel año mantuvieron un tiempo magnífico, que, dicho sea de paso, es el tiempo habitual de Galicia en la segunda quincena del mes de julio. Entre las preguntas obligadas en la visita a las clarisas es la de si sigue la práctica de las novias de llevar huevos al convento para pedir a Santa Clara que no llueva el día de su boda.
Para esto los contrayentes deben conocer a las clarisas y ofrendarles con huevos. Si bien lo normal es que se entreguen 2 o más docenas, asimismo se dice que estas tienen que se de trece huevos. Hemos hablado con las clarisas y apuntan que lo importante es el gesto de la ofrenda más que la cantidad que se lleve al monasterio.
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Introduce tu correo electrónico en la siguiente casilla para suscribirte y recibir novedosas entradas. Guarda mi nombre, correo y web en este navegador para la próxima vez que comente. En otro de los monasterios, Santillana del Mar, están emplazados el Museo y el Fichero Diocesanos, con documentación eclesial muy enlazada a la historia del clima, Hay registros de celebración de rogativas, efemérides aciagas, libros parroquiales, Diezmos, tazmías, etcétera … En los tres monasterios cántabros no sólo preservan la tradición de que venimos hablando, sino que la fomentan en la medida de sus posibilidades.
Omaechevarría; los artículos periodísticos que se habían anunciado en el mes de agosto de 1993 en la prensa de Cantabria, Galicia, León y El País Vasco, con motivo del VIII centenario, y las respuestas de los cuestionarios que se habían recibido de treinta y cinco conventos de clarisas. Entre las tradiciones populares, la de Santa Clara y el buen tiempo pensábamos que tenía garantizada la permanencia, por su propia naturaleza. Pero ha ocurrido que esta experiencia religiosa, al haberse trasmitido de forma oral, probablemente durante ocho siglos, ha ido evolucionando substancialmente, más que nada en los últimos tiempos. Las variaciones localizadas en España en el instante de la celebración del VIII centenario del nacimiento de Santa Clara, en 1993, eran muchas.
